Un informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba hizo foco en la relación insumo-producto de los tres principales cultivos argentinos. Incidió la baja de los precios internacionales. El caso del trigo es mejor
El poder de compra de la soja y el maíz se ha visto deteriorado en el último año en siete y 1,6 por ciento, respectivamente, debido al contexto internacional desfavorable y la dificultad de los precios internos en seguir el ritmo del dólar, según un informe elaborado por la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCba) que tuvo en cuenta los costos de desarrollar y mantener los tres cultivos principales de Argentina.
Muy por el contrario, la relación insumo-producto mejoró en el caso del trigo en 7,2%.
Para el trabajo la BCCba tuvo en cuenta que el precio de los granos retrocedió en el mercado disponible en Rosario en el último año, siendo el maíz y la soja los más perjudicados, con caídas de 5,6% y 4,2% respectivamente.
La mayor oferta, tanto mundial como nacional de ambos cultivos, tuvo un impacto bajista en los precios, especialmente en el caso del maíz, ya que la producción argenta se incrementó en 31% en relación con la campaña 2017/18.
Asimismo, la BCCba enfatizó que el aumento de los precios en pesos no pudo ajustarse al ritmo del dólar, que pasó de $38,5 en septiembre de 2018 a un valor de $56,5 un año después, es decir, mostrando un incremento de 46,5%.
En este contexto, el poder de compra del maíz y la soja cayó, haciéndose notar en la cantidad de producción que resulta necesaria para adquirir una misma canasta de insumos.
De esta forma, la BCCba consideró que en época de siembra de la campaña gruesa “es relevante observar la relación insumo-producto para analizar la conveniencia de calzar una parte de la producción a través de la compra de insumos para fijar los costos de producción de la nueva campaña”.
En ese sentido, la soja fue la más perjudicada, con un deterioro promedio de siete por ciento. En efecto, según el trabajo, para la compra de glifosato y las semillas se necesitó en septiembre de 2019, 43,6% y 4,4% más de grano que un año atrás, respectivamente.
En el caso del gasoil o fosfato monoamónico, el costo relativo disminuyó, reflejándose en la menor cantidad de la oleaginosa necesaria para adquirir la misma cantidad de productos: 8,6% y 7,7% menos respectivamente.
En el análisis del maíz ocurre algo similar, siendo el glifosato y las semillas los insumos que más se encarecieron con respecto al valor del cereal, llegando a mostrar incrementos de 45,7%, y 5,9% respectivamente.
Por otro lado, el fosfato monoamónico, el gasoil y la urea mejoraron su relación, ya que se necesita de 9,5% a 5,8% menos de grano para su adquisición. Según la BCCba, los aumentos en la relación insumo-producto obedecen tanto a la caída en los precios de los granos como al incremento del valor de glifosato, que pasó de costar 240 dólares los 100 litros en septiembre de 2018, a costar 330 dólares para el mismo mes de este año y, al ser uno de los principales insumos para el cultivo de soja, contribuyó al detrimento del poder de compra de los granos.
El caso del trigo
Por el contrario, el trigo se vio beneficiado con un incremento de 7,2% en su poder de compra, debido a que su precio se mantuvo sin mucha variación con respecto a septiembre de 2018 y los insumos se abarataron en dólares.
Si bien el glifosato incrementó su precio, el mismo tiene una menor incidencia en la estructura de costos del trigo que el resto de los granos, por lo que golpea con menor fuerza al cereal.
Según la BCCba, los insumos que más se abarataron fueron el fosfato diamónico y el gasoil, con bajas de 13,4% y 12,1% respectivamente, mientras que la urea también requirió 10,8% menos del grano.
La relación insumo-producto se encuentra en niveles relativamente bajos comparando con años anteriores, lo que genera un incentivo para aportar tecnología al cultivo con el afán de mejorar su calidad comercial y aportar a la sustentabilidad de nuestros suelos
Estrategia comercial
La entidad bursátil también refirió que es plausible contrastar el poder adquisitivo entre los distintos granos, a los efectos de determinar una estrategia en el plano comercial. La relación más relevante en esta época del año es la que compara el precio de la soja con el del maíz.
Esta relación, al medir cuántas toneladas de maíz pueden adquirirse por cada tonelada de soja que se venda, indica que la oleaginosa ha recuperado protagonismo al alcanzar el promedio histórico con un poder adquisitivo de 1,9 tonelada de maíz por tonelada de soja. “Esta recuperación se dio especialmente en los últimos tres meses, y se encuentra relacionada a la menor producción estadounidense, al aumento de las compras de soja norteamericana por parte de China y el consumo mundial récord”, remarcó la bolsa.
Por otro lado, la campaña 2018/19 de maíz fue excelente para los principales exportadores de este grano, con producciones récord de Brasil, Ucrania y Argentina, generando una gran oferta internacional.
La relación soja-trigo se ubicó en 1,15 tonelada, esto es 29% inferior al promedio del período. Asimismo, la relación maíz-trigo presenta un comportamiento similar, pero en mayor magnitud, ubicándose en 0,62 tonelada, valor 31% inferior al promedio de los últimos cinco años.
En este sentido, se evidencia que los cereales presentan una relación más favorable en términos de precios e insumos que la soja, concluyó la entidad.
Se estiman mermas de 40% para el trigo
El Panorama Agrícola Semanal de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) observó que las lluvias registradas en gran parte del área agrícola nacional mitigaron “momentáneamente” el estrés hídrico de algunas partes del país, pero no así de de las regiones más comprometidas, como el sur de Córdoba, el este de La Pampa y el oeste de Buenos Aires, en donde ya se estiman mermas de hasta 40% del potencial rinde del trigo, “pudiendo agravarse si continúa la sequía”.
Además, la BCBA informó que “la franja central del país ha sido la más beneficiada por las precipitaciones de los últimos días” y se espera que los cultivos respondan favorablemente.
“No obstante, al sur del área agrícola, las lluvias han sido sumamente escasas y no han permitido que los cultivos se recuperen. En el Centro y Sudeste de Buenos Aires, la condición ha caído entre 7 y 10 puntos porcentuales”, remarcó. La entidad dijo que “el área más afectada es el sudoeste bonaerense, donde 81% presenta una condición entre regular y mala y ya se estiman mermas de rinde de hasta 40%”.