Parte de los temas que ningún gobierno hasta ahora ha logrado resolver adecuadamente fue eje de la charla. La importancia del corredor bioceánico para Córdoba y el país quedó en la agenda
Por Federico Trebucq
Especial para Comercio y Justicia
En un contexto político electoral, en el que las propuestas de campaña no abundan o son cada vez más acotadas por las nuevas formas de comunicación política, el ejercicio de escuchar a un candidato a presidente en un marco universitario es un bien escaso y un lujo que pudimos darnos los que estuvimos ahí presentes ayer en la alocución que brindó el candidato a presidente del Frente de Todos, doctor Alberto Fernández, en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba, titulado “Líneas directrices para el desarrollo armónico de la Argentina”.
Despejando algunas cuestiones de liturgia política, agradecimientos institucionales, cantos e interrupciones (inevitables dado el fervor de la campaña), Alberto Fernández logró transmitir algunas ideas sobre los desafíos de nuestro país. Abordó -entre otros- dos temas de especial relevancia para el desarrollo productivo y territorial.
Hizo referencia a la necesidad de contar con pasos fronterizos trasandinos para acceder a la cuenca del Pacífico y mejorar el entendimiento del mundo para planificar una inserción internacional beneficiosa. Ambas cuestiones, además de estar estrechamente relacionadas, merecen una reflexión desde la perspectiva subnacional, dada la necesidad de contar, para su éxito, con mecanismos de gobernanza multinivel, es decir una coordinación efectiva entre nación y provincias.
En principio, hay que destacar que estas propuestas descansan sobre un proceso de federalización y descentralización que ninguno de los gobiernos que han pasado por la Casa Rosada han sabido resolver adecuadamente. Esto es una gran deuda que quien ocupe el sillón de Rivadavia en el próximo período deberá atender, no sin considerar los avances que se han logrado en la integración subnacional.
La provincia de Córdoba, junto a sus socios de la Región Centro y de la macrorregión Atacalar, así como distintas iniciativas del sector privado -especialmente la Bolsa de Comercio de Córdoba-, trabajan desde hace muchos años en consolidar la idea de un espacio de desarrollo que integre los territorios del Corredor Bioceánico Central y favorezca una salida a la cuenca del Pacífico.
Simplemente para poner en números algunas referencias, el corredor que ocupa la franja territorial desde Porto Alegre en Brasil, hasta los puertos de las regiones chilenas de Atacama y Coquimbo, atravesando gran parte del territorio nacional, es la geografía con mayor valor agregado de Sudamérica, con un producto bruto geográfico cercano a 200 mil millones de dólares y con exportaciones de alrededor de 50 mil millones de dólares.
El éxito del corredor bioceánico no sólo representa una posibilidad de acceder al mercado asiático en términos más competitivos sino también mejoras de infraestructura vial y ferroviaria, de comunicación y servicios para integrar las economías regionales y favorecer la equidad espacial para desarrollo económico local. Esto significa que, además de mejorar la logística para nuestras exportaciones agrícolas, existan más oportunidades para que empresas del interior puedan innovar, producir y vender a la región y al mundo.
En consonancia, mejorar el desempeño en el escenario económico mundial implica profundizar la integración regional mediante cadenas de valor, incrementar el comercio intrarregional y fortalecer una posición negociadora común en un escenario global complejo de alta incertidumbre.
A mi entender, las propuestas de Fernández tratadas en este artículo son pertinentes a los desafíos que tendremos que abordar como sociedad para el desarrollo económico de nuestro país. No obstante, parte del éxito de estas iniciativas estará en sentar las provincias en la discusión sobre política exterior, desarrollo productivo e infraestructura. El candidato sostuvo que este país sale adelante con 24 gobernadores y un presidente, en caso de que tenga la oportunidad de acceder al poder. Me permito tomar esta premisa como una esperanzadora promesa.
(*) Magíster. Profesor de Economía Política Internacional