El restaurante de 130 cubiertos demandó una inversión de 100 mil dólares y abrirá de lunes a lunes, desde la mañana hasta después de medianoche
Alma de Fuego es una nueva propuesta gastronómica de la ciudad de Córdoba que abrió sus puertas ayer y apuesta a conquistar al público de la zona de la Cañada y sus alrededores.
El local, ubicado en avenida Humberto Primo, cuenta con una capacidad para 130 comensales y demandó una inversión de 100 mil dólares aproximadamente.
“Alma de Fuego es la historia de la evolución de su génesis que suma todo lo que necesita la zona”, comentó a Comercio y Justicia, Jaime Bertinetti, el propietario e impulsor de esta iniciativa.
El espacio es el mismo donde funcionaba Donostia, el anterior negocio de su dueño. “A diferencia de Donostia, que abría hasta después del almuerzo, Alma de Fuego ofrece una propuesta formal e informal que consta de desayuno, menú ejecutivo, merienda, happy hour y cena. Abrirá de lunes a lunes de siete de la mañana hasta después de medianoche, y sábados y domingos a partir del mediodía. La idea es satisfacer una necesidad latente de los empresarios y la gente de esta parte de la ciudad con un servicio de excelencia, calidad y buenos precios”, explicó Bertinetti.
Consultado acerca de lo que significa la apertura de un nuevo negocio en estas épocas, el chef afirmó: “Me apasiona este trabajo, toda la vida trabajé en esto. En este país, nunca es el momento ideal, siempre algo vas a encontrar. Pero yo confío en mí, en la gente, en la propuesta que estoy seguro va a gustar. Yo hago todo. Soy gerente, chef, realizo las compras y de este modo bajo todos los costos operativos y aseguro buena calidad”.
En el restaurante, el parrillero es quien comanda el servicio desde una posición clave con plena vista del salón, en un espacio que ostenta una decena de metros destinados al sector de llamas y que se integra a la cocina con parrilla, horno de barro y un horno industrial. Allí se elaboran carnes de todo tipo, pizzas, panes y pasta, todo cocido con leña.
El salón muestra una estética que pretende integrar el día y la noche con maderas, luces bajas, apliques metálicos y plantas ornamentales. Esa disposición está pensada para cubrir toda la franja horaria de la jornada, durante la cual se ofrecen desayunos campestres, comidas a la carta, menú al peso para atender una de las demandas que lideraron por años en el sector, opciones para after-office y picadas para la tarde con happy hour incluido; para luego ofrecer un servicio que atenderá toda la carta hasta la cena.
Además, suma en sus opciones menú vegano y para celíacos, con ingredientes orgánicos, vegetales y frutas de procedencia controlada con las que se preparan ensaladas y macedonias naturales.
En cuanto a precios, una parrilla completa con siete cortes parte de $350 y la porción de cabrito tiene un costo de $550. También se ofrecen pescados a la parrilla como surubí, boga y trucha, según la estación.
Uno de los detalles importantes para el lugar es que posee estacionamiento propio y gratuito.
Bertinetti proviene de una familia con negocios gastronómicos, en la cual aprendió y forjó una profesión que lo llevó a cruzar el océano para cocinar en el viejo mundo. De regreso, hace un lustro se ubicó en un espacio de la ciudad donde cosechó una clientela en base a la atención personalizada.
En este nuevo emprendimiento junto a sus dos socios, Pablo Ochoa y Mauricio Deldotto, pretende desarrollar un nuevo sector gastronómico necesario para el barrio.
En el corto plazo, la idea es sumar una sala privada y una terraza en el primer piso sobre el frente de edificio. Dos amenities destinadas a sumar calidad y opciones.
“Esas etapas continúan esta apertura y pretenden elevar la posibilidades de una experiencia gastronómica necesaria en el sector y demandada por los clientes, que nos exigen multiplicar opciones”, concluyó el empresario.