Por Carlos Raúl Nayi
En una sociedad como la nuestra, en la que asistimos a diario a hechos que, conforme describe la crónica policial y la experiencia cotidiana, denotan una actitud de desprecio por la vida, cobra relevancia que el ciudadano abandone actitudes de indiferencia frente al delito y se involucre de la manera más rápida y directa posible con la problemática, en procura de contribuir a combatir el flagelo de la delincuencia y atemperar los efectos devastadores de la inseguridad.