Los proyectos más favorecidos los de software, que absorben más de 55%, seguidos por los de banca y finanzas (31%), de ocio (22%) y de artículos de consumo
¿Qué lleva a un inversor a apostar su dinero por una startup? ¿Qué lo mueve? ¿Qué lo motiva? La respuesta a estas preguntas puede resultar clave para una empresa que esté buscando financiación para impulsar su negocio. A estas cuestiones intenta dar respuesta el informe “Business Angels 2019. La inversión en Startups: Actividad y Tendencias”. Este documento establece las variables que determinan por qué toma la decisión de invertir un inversor.
¿Qué factores influyen? Hay variables como la experiencia profesional, la edad, el ámbito de inversión o el sexo que se vuelven relevantes para aquellos emprendedores o agentes públicos que busquen influir en el desarrollo de la actividad.
De este modo, explican los autores del informe, la experiencia profesional puede condicionar la predisposición de los inversores a invertir en un sector u otro. También el sexo, llamando la atención el siguiente dato: hay una mayor proporción de inversiones en startups lideradas por mujeres.
En lo referente a la edad media de los inversores, ésta sigue concentrándose en el tramo medio de actividad profesional. En otras palabras, se concentra en profesionales y empresarios entre 45 y 54 años, con más de 68% de los inversores.
“A lo largo de los años se ha consolidado el tramo de edad superior a 45 años y, en particular, el de los inversores con edades comprendidas entre 45 y 54 años, que casi ha doblado su representación”, explican.
En cambio, la franja de edad comprendida entre 25 y 44 años perdió peso en su conjunto, mientras que la continuidad en los grupos de edad respecto al año anterior confirma el paralelismo en perfil de edad con los inversores norteamericanos, donde 43% tienen más de 61 años y donde la proporción de inversores menores de 40 años apenas alcanza ocho por ciento.
El informe también señala que la participación de mujeres inversoras en startups no viene evolucionado favorablemente. El hecho contrasta con el dato anteriormente mencionado respecto de que hay una mayor apuesta por emprendimientos femeninos. Aun así, el informe recuerda que, recientemente, varias entidades han realizado esfuerzos para impulsar la figura de la mujer como inversora. Por lo que augura cambios en la tendencia en cuanto a sexo en los próximos años.
De dónde llegan los proyectos
Las redes de business angels (63%), junto con amigos y socios (62%), son las principales fuentes sobre los proyectos en búsqueda de financiación que informan. El resto son el contacto directo con los emprendedores, plataformas de crowdequity y eventos y aceleradoras (28%).
En lo que respecta a los sectores preferidos, los proyectos de software son los preferidos absorbiendo más de 55% de la inversión. Los otros por los que se decantan son la banca y las finanzas (31%), el ocio (22%) y los artículos de consumo. En lo que atañe a la salud y la biotecnología y farmacia captan (entre los tres) 29% de las inversiones.
Teniendo en cuenta que la mayoría de los business angels invierten su propio patrimonio puede entenderse que no se detengan en empresas que requieran de capital intensivo, como sucede con algunas industrias.
Por último, sobre la etapa de valoración en la que entran los inversores, se aprecia una evolución hacia la supuesta madurez del ecosistema. Así, si hasta hace unos años la mayor parte de los ángeles inversores intervenía en las fases iniciales de la startup, ahora son más los que esperan a disponer de métricas y datos de facturación para invertir en ellas aunque eso suponga una inversión más elevada. Esto pone de manifiesto que le han perdido el miedo a las startups en crecimiento y un menor conservadurismo en la apuesta inversora.