Por Sergio Castelli* y María Constanza Leiva**
El pasado 26 de abril el mundo conmemoró un nuevo Día Mundial de la Propiedad Intelectual, consagrado por la Asamblea General de las Naciones Unidas hace 19 años atrás con la idea de propagar el conocimiento sobre la propiedad intelectual y de ese modo fomentar la innovación y la creatividad, que generan avances en la sociedad.
Todos los años, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual pone el foco sobre ciertos tópicos que generan que los distintos países de alrededor del globo traten estos temas en distintas actividades conmemorativas.
Este año le tocó al deporte, y bajo la campaña “Aspirar al oro”, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual propuso reflexionar sobre la propiedad intelectual y su relación actual con el deporte, para analizar cómo en las actividades comerciales en el sector se utilizan patentes y diseños industriales para fomentar el desarrollo de nuevas tecnologías, material, formas de entrenamiento y equipamiento deportivos. Ésto para ayudar a mejorar el rendimiento de los atletas y traer aficionados en todo el mundo.
Las marcas y sus desarrollos permiten maximizar los ingresos comerciales, los que compensan costos de organización de eventos de alcance mundial, como los Juegos Olímpicos y la Copa Mundial de Fútbol.
En nuestro país, las mayorías de las actividades relacionadas con la conmemoración de este día se celebraron en Buenos Aires.
El director general de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, Francis Gurry, en su mensaje por este día expresó: “La campaña mundial de la propiedad intelectual del presente año celebra el papel positivo que desempeña la propiedad intelectual en el fomento del deporte, una formidable gama de actividades a las que siempre se ha dedicado el ser humano y que enriquecen nuestras vidas de muchas maneras distintas. Los derechos de propiedad intelectual sustentan y propician el modelo financiero que sirve de base a los acontecimientos deportivos en todo el mundo.
Los derechos de Propiedad Intelectual constituyen el elemento central del ecosistema deportivo mundial y de todas las relaciones comerciales que hacen posible la existencia del deporte y nos permiten sintonizar con los acontecimientos deportivos en el momento, lugar y manera de nuestra elección.”
Y esto es de lo más exacto si apreciamos que los grandes equipos deportivos, de fútbol por ejemplo, cuentan entre sus patrocinantes a marcas de primera categoría e incluso son los deportistas más famosos los que ponen la cara en los anuncios publicitarios. Y mientras más alto quiera llegar el club deportivo, mejores acuerdos con grandes marcas debe tener, lo que puede significar un gran canal de ingreso económico.
“Los derechos de marca en los que se sustenta el desarrollo de las marcas deportivas constituyen un derecho de propiedad intelectual de importancia excepcional que permite a los equipos y a los atletas diferenciarse y destacar en un mercado altamente competitivo. En ese sentido, son fundamentales para que jugadores y equipos puedan obtener una retribución económica de la comercialización, por ejemplo, así como de los acuerdos de patrocinio”, en palabras de Francis Gurry.
A su vez, esto genera un gran desarrollo en la inventiva por parte de las grandes empresas, quienes realizan grandes esfuerzos para distinguirse de las demás dando un salto de calidad. Nike, por ejemplo, se posiciona como la empresa líder en presentación de solicitudes internacionales de patentes relacionadas con el deporte, a la fecha lleva 239 solicitudes publicadas entre 2014 y 2018. Sin dudas lo hizo.
* Agente de la Propiedad Industrial. ** Abogada.