Según la consultora Ecolatina, es posible que el empleo privado formal no haya tocado su piso aún debido a la caída de contrataciones ocurrida en diciembre, al crecimiento de la tasa de salida -es decir, empleos que no se renuevan- y a la lenta recuperación de la actividad económica
El empleo privado formal puede no haber llegado a su piso aún y la destrucción de puestos de trabajo podría acelerarse durante el verano, de acuerdo con un informe difundido ayer por la consultora Ecolatina, según el cual el empleo formal podrá seguir contrayéndose debido a la caída de contrataciones acaecida en diciembre, al crecimiento de la tasa de salida -es decir de empleos que no se renuevan- y a la lenta recuperación de la actividad económica.
“Es probable que el nivel de empleo todavía no haya tocado su piso”, indicó el trabajo, y detalló que a la caída de las contrataciones en diciembre se sumó un crecimiento en la tasa de las relaciones laborales que cesan, “lo que sugiere que todavía la destrucción de puestos de trabajo se puede acelerar durante los meses de verano”, advirtió el informe semanal.
“De manera adicional, la recuperación de la actividad será lenta y los sectores que traccionarán la economía este año (agropecuario, energético e industrias con potencial exportador, según las estimaciones) no son aquellos que utilizan la mano de obra como factor intensivo, por lo que no podemos esperar un significativo arrastre de los mismos en términos de empleo”, agregó el trabajo.
Ecolatina pronostica que “en un intento de reducir costos laborales, es probable que las empresas opten por pasar a la informalidad a una proporción de sus empleados para mantener (o iniciar) la relación laboral. Si bien esto se reflejaría en una contracción del trabajo registrado, el empleo informal podría no exhibir una caída de magnitud tras la recesión. No obstante, una mayor informalidad laboral sería un importante paso atrás en nuestro mercado de trabajo”, concluye el trabajo.
“Según el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), el empleo formal cayó 1,4%” en noviembre pasado “y acumula un crecimiento de 0,8% intearnual”. Pese a este último dato, la tendencia es negativa desde el inicio de las turbulencias cambiarias, allá por abril del año pasado: “Se perdieron más de 200.000 puestos de trabajo formales entre abril y noviembre de 2018, conforme a la serie desestacionalizada”, indicó el trabajo.
Asimismo, agregó que en cuanto al empleo asalariado privado registrado, “típicamente asociado al empleo de calidad, cayó 1,9% interanual en noviembre, retornando de esta forma a niveles de enero de 2015”.
“La caída de la actividad en 2018 rondó en torno a 2,5% interanual y el mercado laboral no estuvo ajeno a esa dinámica. De hecho, la primera medida en una crisis suele ser el freno en las contrataciones, lo que se verificó con la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL, del Instituto Nacional de Esadística y Censos, Indec) que mostró que durante la segunda mitad del año, la tasa de entrada (trabajadores que ingresan a un puesto de trabajo) se ubicó en los mínimos desde 2002”, explicó el trabajo. Empero, advirtió de que “bajo un nuevo escenario económico, las empresas tardan en ajustar sus factores de producción, por lo que es probable que el nivel de empleo todavía no haya tocado su piso”.