Si el legado en las familias tiene una orientación hacia el emprendimiento, existe la posibilidad de que las nuevas generaciones tengan la capacidad de diversificar los negocios y crear nuevas formas de valor económico y social, lo que permite la supervivencia, indica un informe regional
Según una encuesta realizada por la Superintendencia de Sociedades sobre Gobierno Corporativo en América Latina, 64,3% de ellas está en manos de la primera generación familiar, mientras que 31,3% se encuentra dirigida por la segunda generación y solamente 3,5% por la tercera.
“El objetivo del estudio fue dar a conocer y promover diferentes líneas de investigación complementarias alrededor de la generación de valor por parte de las empresas familiares”, afirmó Luis Díaz, profesor de la Facultad de Administración de Los Andes, quien también destacó que los retos más importantes que enfrenta actualmente este tipo de empresas en la región es trascender a lo largo del tiempo.
“Tradicionalmente se ha pensado que las empresas familiares no sobreviven a más de tres generaciones. Lo que hemos encontrado en nuestras investigaciones es que, si el legado en las familias tiene una orientación hacia el emprendimiento, existe la posibilidad de que las nuevas generaciones tengan la capacidad de diversificar los negocios y crear nuevas formas de valor económico y social, lo que permite la supervivencia de la familia empresaria a través del tiempo”, afirmó. Asimismo, la reciente encuesta “Prácticas de Emprendimiento Transgeneracional en Empresas de Familia: Perspectivas de Latinoamérica”, en la que participan ocho universidades en Latinoamérica y se encuestó a 113 empresas familiares latinoamericanas que estuvieran por lo menos en la segunda generación, mostró cuáles son los principales aspectos que deben tener en cuenta estos negocios para destacarse en el mercado latinoamericano.
Orientación emprendedora. Este aspecto está directamente relacionado con la capacidad que tiene una empresa familiar de innovar y tomar riesgos que le permitan sobrevivir en el mercado en el largo plazo. Según la encuesta, los principales aspectos que determinan la capacidad emprendedora de una empresa familiar son autonomía, proactividad, toma de riesgos, innovación y agresividad competitiva.
Según Díaz, estos aspectos son los que permiten la transformación de la compañía: “La empresa familiar se convierte en una familia empresaria cuando ha logrado transmitir un legado emprendedor a las siguientes generaciones que han sido capaces de administrar los recursos únicos y pensar en el largo plazo para la diversificación del negocio. Las familias empresarias son por definición las que están en la capacidad de crear círculos virtuosos de generación de valor social y emprendedor”, dice.
Muestra de esto es que 60% de las empresas encuestadas creó más de una línea de negocio, mientras que 31% de las compañías posee entre dos y tres firmas, 25% controla más de cuatro y solamente 2,9% de las organizaciones familiares tiene el control de más de 10 empresas.
Recursos. Uno de los aspectos fundamentales para el desarrollo de las ventajas competitivas de las empresas familiares es la correcta administración de los recursos con los que cuenta. De las empresas encuestadas, 64,6% destaca que el recurso más importante de sus negocios es el capital humano, debido a que es una ventaja difícil de desarrollar a lo largo del tiempo. De igual forma, 19,5% piensa que el recurso más importante es el capital financiero, 13,3% cree que son los recursos físicos y 2,7% destaca el capital social como recurso fundamental.
Tener un gobierno corporativo. Una de las principales razones por las cuales las empresas familiares se disuelven es debido a que no cuentan con un gobierno corporativo encargado de tomar las decisiones de la empresa y la mayoría de sus procesos se basan en la informalidad: “Para trascender en el mercado es necesario que las empresas familiares tengan en cuenta la formalización de un gobierno corporativo para la toma de decisiones. Tal vez las empresas pequeñas no tengan en mente establecer una junta directiva, pero existen alternativas como la creación de un consejo asesor que les ayude a tomar mejores decisiones”, afirma Díaz.
Sobre este tema, 70,5% de las empresas encuestadas cuenta con una junta directiva, que es vista como un mecanismo de alta relevancia para las tareas de control y monitoreo, y también como un grupo de apoyo y asesoría empresarial para los negocios familiares.