La economía nacional se encuentra atravesando un escenario poco frecuente, en el que se combinan recesión y aumento de los precios. Estiman que la baja del PBI para este año tendrá un piso de 2,5%
En su nuevo informe mensual, el Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano, advirtió de que la economía argentina se encuentra en el “peor de los mundos posibles”, donde se combina recesión con aumento generalizado de los precios, lo que se conoce como “estanflación”.
El instituto de análisis e investigaciones económicas conducido por Víctor Beker, enumeró los factores que dan cuenta de este fenómeno “poco frecuente”. “La caída de la actividad económica, iniciada a partir de la megadevaluación del peso, coincidió con un pico en la inflación, que alcanzó un máximo de 6,5% en septiembre. Octubre trajo cierto alivio, ya que los precios “sólo” crecieron un 5,4%”, dijo el documento difundido por el CENE.
Por otro lado, “el Estimador Mensual de Actividad Económica mostró una variación negativa de 6,7% en junio, en comparación con igual mes de 2017; de 2,7% en julio; de 1,6% en agosto, y de 5,8% en septiembre. Con ello, se completaron seis meses consecutivos de guarismos negativo”, precisó el informe. “En general, se considera que dos trimestres consecutivos de caída es lo que define la recesión. Por lo tanto, la economía argentina se encuentra en presencia del peor de los mundos posibles: recesión más inflación, lo cual se conoce como estanflación”, afirmó. Según el CENE, normalmente los aumentos de precios acompañan la expansión de la economía, mientras en períodos recesivos como el actual, los precios tienden a mantenerse estables o descender.
“Sin embargo -explicó Beker- en países con alta inflación, es posible que ésta persista aun en presencia de una fuerte contracción en la actividad económica. Existe una inercia inflacionaria que hace que la inflación pasada determine la inflación futura”.
Además, en presencia de una política monetaria restrictiva como la implementada por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) desde octubre bajo la conducción de Guido Sandleris, “se ajustan primero las cantidades -merman la producción y el empleo- y sólo en último término cae significativamente la inflación”. “Una explicación alternativa -a la que adhiere la conducción actual del BCRA- es que la inflación persiste en períodos recesivos sólo debido a que sigue creciendo la oferta monetaria. Por tal razón, confían en que la regla de emisión cero hasta junio próximo permitirá abatir la resistente inflación”, señaló el especialista. No obstante, para este año, “la mayoría de los pronósticos coincide en que la inflación minorista anual será superior al 45% y que el PBI caerá al menos un 2,5%”, se aseguró en el documento.
AUMENTOS
En promedio, los precios subieron 96% en dos años y medioEn su informe, el CENE también analizó el incremento en el costo de vida que se registró entre mayo de 2016 y octubre de 2018, el cual fue de 96%, tomando en cuenta las cifras difundidas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), logrando casi una duplicación de los precios en 29 meses. No obstante, dice el instituto, “no todos los precios variaron en igual proporción. Muchos de los comprendidos en el rubro de alimentos lo hicieron bastante por encima del promedio, como puede observarse”.
Mientras tanto, advierte el centro de investigaciones, “si se compara la evolución de los precios con la de los salarios, en el caso de los trabajadores registrados, la remuneración promedio era de $18.042 en mayo de 2016 y de $31.523 en septiembre de 2018 (último registro disponible), con un incremento del 75%. En el mismo período, el aumento de los precios minoristas fue del 86%”, concluyendo que “esto implica una caída del salario real del 6% en este período de 29 meses”. Sin embargo, cuando se analiza el período más reciente, se observa que el incremento del salario promedio entre septiembre del año pasado e igual mes del corriente año fue de 25,4%, mientras que el aumento en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en igual período fue de 40,5%, con una pérdida del salario real del 11%. “Ello implica que, si bien el bono anunciado (para fin de año) permitiría volver a niveles equivalentes a los de mayo de 2016, el salario promedio estaría por debajo del alcanzado en septiembre de 2017”, dice la entidad especialista.