El colombiano Wilson López será uno de los disertantes y dio un anticipo de su presentación sobre el rol del psicólogo en los conflictos armados. “El trabajo es innumerable y ha desbordado incluso los aportes de la formación tradicional en las facultades”
Los avances de la psicología, la formación de los psicólogos en los países iberoamericanos, la validez y validación de nuevas prácticas y teorías, la ética y el ejercicio profesional y la psicología en la política pública serán algunos de los ejes del Congreso Iberoamericano de Psicología que se realizará dentro de un mes en Córdoba. Organizado por la Federación Iberoamericana de Agrupaciones y Colegios de Psicología (FIAP), la Federación de Psicólogos de la República Argentina (Fepra) y el Colegio de Psicólogos de la Provincia, la actividad contará con las disertaciones de los argentinos Alicia Stolkiner, Alberto Trímboli, Yago Franco, Hugo Klappenbach y Liliana Hendel. También estarán los españoles José María Peiró y Francisco Javier Labrador; el brasileño Márcio Belloc y el colombiano Wilson López, quien brindó un anticipo de su presentación sobre el rol del psicólogo en los conflictos armados, específicamente el de su país, entre las fuerzas armadas y las guerrillas. López es doctor en Psicología Social y Política, docente e Investigador de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá y secretario para América Latina de FIAP.
“Los profesionales que trabajan en el conflicto armado son de muy diversas perspectivas e intervienen en ámbitos muy diversos. Al ser de tan larga duración ha movido a los psicólogos en Colombia a trabajar en innumerables formas dentro de las múltiples consecuencias que ha generado este complejo y violento conflicto. En primer lugar, ha sido un trabajo “multi” e “inter”disciplinario. Un trabajo que va desde labores de preparación para comunidades en medio de combates -como lo realizado por Médicos Sin Fronteras con psicólogos- y el trabajo con comunidades en formación, acompañamientos y empoderamientos comunitarios, una labor para proteger el tejido social que rompe la guerra, a trabajos en prevención de la violencia en los procesos de gestión comunitaria y de desarrollo de competencias de afrontamiento comunitario a las consecuencias de la violencia”, describió.
Aportes con múltiples actores y multinivel
Asimismo, explicó que el trabajo profesional se ha realizado con múltiples actores y niveles: con víctimas, ex combatientes, con la sociedad civil. No sólo ha sido comunitario sino con individuos para tratar el trauma generado, es decir, desde una perspectiva más clínica.
Según precisó, los psicólogos en Colombia han aportado a entidades gubernamentales como la Unidad de Víctimas (un registro único del gobierno que hoy contabiliza más de ocho millones de víctimas) en el desarrollo de protocolos de atención y acompañamiento en forma diferencial ya que no es lo mismo trabajar con víctimas de desaparición forzada, que con víctimas de masacres o con víctimas de desplazamiento forzado. Tampoco es igual el trabajo con niños y con adultos, aquí también estuvieron involucradas unidades del Ministerio de Salud de Colombia.
Además, se han desarrollado acciones con temas de memoria con el Centro Nacional de Memoria Histórica y, por otro lado, también encontramos psicólogos en las unidades del Gobierno para tratar con ex combatientes que intentan ingresar a la vida en comunidades y dejar las armas.
“El trabajo es innumerable y ha desbordado incluso los aportes de la formación tradicional del psicólogo en las facultades, que seguían formando en los contenidos clásicos mientras el país ha estado sumergido por años en esta guerra sin nombre”, distinguió.
Consultado por la importancia del componente psicosocial para lograr una paz sostenible, López sostuvo: “Desde mi punto de vista, la transición de un país que ha vivido en un conflicto armado por más de 50 años a uno en paz no es posible sin una perspectiva psicológica y social. Pues lo que destruye la violencia son los tejidos de la sociedad ligados a la solidaridad al cuidado a la inclusión al respeto por la diferencia y se impone un tejido ligado a la desconfianza , al miedo a la venganza y estas constricciones piscosociales son el elemento perfecto para mantener y legitimar el uso de la violencia y la guerra”.
Finalmente, agregó: “Producir cambios para transitar a una cultura de paz nos tomará años de trabajo orientado a la reconstrucción psicológica y social a construir nuevas prácticas de gestión no violenta de los conflictos a deslegitimar el uso de la violencia como recurso y esto se debe hacer en las familias, en la escuela, en las comunidades, en las universidades, en el trabajo y con toda la sociedad y no será fácil. En este sentido, el componente psicosocial no es sólo un componente, es un elemento nuclear indispensable de una paz sostenible”
Agenda
Del 11 al 13 de octubre, en el Quórum Hotel se desarrollará el encuentro de psicología que recibirá a alrededor de 2.000 asistentes y prestigiosos disertantes extranjeros y locales.
El encuentro, declarado de Interés Legislativo por la Legislatura Provincial, se realiza en el marco de la conmemoración del primer Congreso de Psicología, que se llevó adelante en Córdoba en 1974, en el que se instituyó el día 13 de octubre como Día del Psicólogo.
El evento busca propiciar un ámbito que genere debates teórico-metodológicos para el abordaje de las distintas problemáticas y necesidades de la región. Habrá mesas redondas, conferencias y debates. Más información e inscripciones en: www.congresoiberoamericanodepsicologia.com