El directorio Ejecutivo del fondo se reunió ayer en Washington y avaló el programa presentado por el Gobierno argentino
El Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó ayer el acuerdo stand by con Argentina por US$50.000 millones, activándose así automáticamente el primer pago de US$15.000 millones que serán distribuidos en partes iguales para apoyar el presupuesto y para fortalecer las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
En un comunicado, el fondo confirmó que -luego de una reunión en las oficinas centrales del organismo multilateral en Washington-, el directorio ejecutivo aprobó el acuerdo que permite “a las autoridades realizar una compra inmediata de US$15.000 millones”.
“La mitad de ese monto (US$7.500 millones) se destinará al respaldo presupuestario. El monto restante (US$35.000 millones) estará disponible a lo largo de la duración del acuerdo, supeditado a exámenes trimestrales a cargo del directorio ejecutivo”, agregó el comunicado.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, aseguró que el programa acordado “tiene todas las oportunidades de ser un éxito” y sostuvo que su aprobación es una “evidencia de la confianza” de la comunidad internacional a las reformas económica que encara el Gobierno.
Lagarde realizó estos comentarios en una conferencia de prensa que dictó horas después de que el directorio ejecutivo del FMI aprobó el acuerdo.
“Es una evidencia de la confianza de la comunidad internacional” en las reformas que está implementando Argentina y una señal de “apoyo” al plan económico propuesto por el Gobierno, mencionó Lagarde.
El fondo sostuvo que el acuerdo “busca reforzar la economía del país restableciendo la confianza del mercado mediante un programa macroeconómico coherente que reduce las necesidades de financiamiento, encauza la deuda pública argentina por una trayectoria descendente firme y afianza el plan de reducción de la inflación mediante metas más realistas y el fortalecimiento de la independencia del Banco Central”.
El programa económico presentado por el Gobierno argentino apunta a eliminar “los desbalances económico que han aquejado” al país en las últimas décadas y a “continuar restableciendo el orden macroeconómico con dos ejes clave: convergencia más rápida al equilibrio fiscal y reducción de la inflación”, según señaló el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, el pasado día 7.
Así, entre los ejes principales del plan se planteó la reducción del déficit primario que en 2018 debe cerrar en 2,7% del PBI y en 1,3% en 2019; un equilibrio fiscal primario en 2020 y un superávit de 0,5% en 2021.
Esto, en el acumulado 2018-2021, significa una reducción del déficit de 3,1% del PBI, es decir, un total de alrededor de US$19.300 millones.
Para reducir la inflación, el programa presentado al FMI plantea metas con tipo de cambio flotante y autonomía del BCRA, con objetivos de inflación de 17% para 2019; 13%, para 2020, y nueve por ciento para 2021.
El préstamo a tres años es el mayor que haya otorgado el fondo en su historia y, a diferencia de los que cerró en el pasado con Argentina, en esta oportunidad incluye una cláusula que permitirá monitorear indicadores sociales permitiendo “relajar”, según definió Dujovne, las metas fiscales ante una situación de urgencias que así lo requiera.
En ese sentido, el FMI destacó en su comunicado la inclusión de estas medidas en el acuerdo “para proteger a los segmentos más vulnerables de la sociedad manteniendo el gasto social y, en caso de que las condiciones sociales desmejoraran, abriendo margen para incrementar el gasto en la red de protección social argentina”.