Luz Saint Phat – [email protected]
Actualmente, el tabaquismo es una de las mayores amenazas que enfrenta la salud pública mundial. Según cifras internacionales brindadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo es causa de muerte para más de siete millones de personas por año, de las cuales seis millones son consumidores directos, mientras unas 890 mil personas son fumadores pasivos (expuestos al humo ajeno).
Aun así, sólo 15% de la población mundial dispone hoy de servicios integrales que ayudan y asesoran para que los individuos puedan dejar de fumar. De hecho, todavía no existe ningún tipo de asistencia para los consumidores que quieren controlar su adicción en la cuarta parte de los países de bajos ingresos.
En este contexto, las organizaciones internacionales de salud, distintos gobiernos e instituciones del ámbito privado y del tercer sector se encuentran desarrollando hoy distintas actividades en el marco de la conmemoración del Día Mundial Sin Tabaco.
La intención de esta iniciativa mundial es concientizar a la población sobre los efectos en la salud física y mental que tiene el consumo de esta sustancia, además de dar a conocer distintas estrategias que pueden implementar los fumadores para abandonar su adicción.
“Diversos estudios revelan que pocas personas comprenden los riesgos específicos para la salud que entraña el consumo de tabaco. Por ejemplo, un estudio realizado en China en 2009 reveló que sólo 38% de los fumadores sabía que el tabaco provocaba cardiopatía coronaria, y sólo 27% sabía que ocasionaba accidentes cerebrovasculares”, dice la OMS.
En tanto, “la mayoría de los fumadores que conocen los peligros del tabaco desean dejarlo. El asesoramiento y la medicación pueden duplicar con creces la probabilidad de que un fumador que desea abandonar el tabaco lo consiga”, agregó la organización internacional.
Por otro lado, vale señalar que casi 80% de los fumadores que hay en el mundo “viven en países de ingresos bajos o medios, donde es mayor la carga de morbilidad y mortalidad asociada al tabaco”, informa la entidad.
Políticas públicas
Este año, la OMS ha puesto sus esfuerzos no sólo en demostrar el impacto del consumo de tabaco en la salud, sino también en señalar las principales medidas que los gobiernos pueden desarrollar para desincentivar el consumo.
“Un seguimiento eficaz permite determinar la amplitud y el carácter de la epidemia de tabaquismo y la mejor manera de adaptar las políticas. Sólo uno de cada tres países, que representan un tercio de la población mundial, hace un seguimiento del consumo de tabaco, para lo cual realiza sistemáticamente, cada cinco años, encuestas representativas entre jóvenes y adultos de todo el país”, señala.
“Las advertencias textuales y gráficas impactantes (en especial las que incluyen imágenes) permiten reducir el número de niños que empiezan a fumar y aumentar el número de fumadores que dejan el tabaco”, indica la entidad por otro lado. En este sentido agrega que “las advertencias gráficas pueden persuadir a los fumadores de que protejan la salud de los no fumadores fumando menos en el interior de las viviendas y evitando fumar cerca de los niños. Los estudios llevados a cabo tras implantarse las advertencias gráficas en Brasil, Canadá, Singapur y Tailandia muestran sistemáticamente que promueven considerablemente la sensibilización de las personas respecto de los peligros del consumo de tabaco”. En este sentido, según la OMS, sólo 42 países -que representan 19% de la población mundial- aplican las prácticas óptimas relativas a las advertencias gráficas, que comprenden la inclusión de señalamientos en el idioma local y la exigencia de que ocupen, en promedio, al menos la mitad del anverso y el reverso de los paquetes de cigarrillos.
En tanto, se ha demostrado que la prohibición de la publicidad limita el hábito. En la misma dirección actúan los impuestos al tabaco, los cuales constituyen “el medio más eficaz para reducir el consumo, especialmente entre los jóvenes y los pobres”.
Recomendaciones
En Argentina, el Ministerio de Salud de la Nación implementa actualmente el Programa Nacional de Control de Tabaco.
Con el objetivo de contribuir al proceso de cesación tabáquica de los consumidores, la iniciativa dispone de una serie de herramientas que pueden consultarse online (http://www.msal.gob.ar/tabaco/index.php/informacion-para-ciudadanos/como-dejar-de-fumar/manuales-de-autoayuda).
Entre los distintos documentos, se encuentra un manual en el que se especifican los pasos de un programa para dejar de fumar.
Uno de las primeras instancias, perteneciente a la fase de preparación, es completar una planilla anotando la cantidad de unidades que se consumen por día (formato también disponible online). También se sugiere, entre otras cosas, calcular el gasto en cigarrillos y tomar nota de los beneficios en la salud que puede reportar abandonar la conducta adictiva.
Además, para lograr un proceso satisfactorio, se recomienda vivir en ambientes libre de humo, identificar ayuda familiar y social, además de reconocer y anotar cuál es el nivel de dependencia a la nicotina que se posee (mediante otro formulario online).
Planificar comportamientos vinculados a la vida saludable (alimentación y ejercicio físico) , además de quitar del hogar todos los elementos que se refieren al consumo del tabaco (encendedores, ceniceros, cigarrillos) también son aspectos centrales.
Según datos de la OMS, el tabaquismo es una de las principales amenazas actuales en materia
de salud pública.Las cifras internacionales indican que, a causa de esta adicción, mueren más de siete millones de individuos al año.
En Argentina, la prevalencia es de 25%.
– Según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) de 2015, se señala que en Argentina cada año mueren aproximadamente 40 mil personas por enfermedades relacionadas con el tabaco.
n Los últimos datos indican que la epidemia registró una importante disminución desde el año 2005 tanto en la población joven o adulta, no obstante lo cual los efectos continúan siendo “preocupantes”.
-Específicamente, las estadísticas precisan que la prevalencia de consumo del tabaco es de 25,1%, menor que en 2005 (29,7%) y que en 2009 (27,1%). Este indicador resultó mayor entre varones (29,9%) respecto de las mujeres (20,9%). Mientras, la distribución del indicador según edad evidenció mayor prevalencia en el grupo etario de 25 a 34 años (30,8%).
– En la provincia de Córdoba, la prevalencia se encuentra levemente por encima de la media nacional, en 26,5%.