La cámara argentina del sector afirmó que se espera una disminución de la producción de alrededor de 21%, respecto del ciclo anterior, debido principalmente a la baja de más de 25% en los rindes a raíz de la escasez hídrica en los suelos.
Los diversos efectos de la falta de precipitaciones se vienen divulgando día tras día. Ayer fue el turno del maní, cuyo cluster agroindustrial está instalado mayormente en la provincia de Córdoba, donde se constituye en una de las economías regionales emblemáticas, dedicada casi exclusivamente a la exportación, ya que vende al mundo casi 95% de su producción.
A partir de los datos aportados por la industria manisera al 31 de marzo pasado, la Cámara Argentina del Maní (CAM) difundió ayer una nueva estimación de esta producción, en la que se puede observar que la aguda sequía sufrida por la zona núcleo durante el ciclo 2017/18 afectó significativamente los rindes estimados.
En efecto, de acuerdo con el cálculo realizado por la CAM, el rinde promedio de una hectárea es de 1,63 kilos, esto es 25,2% inferior al de la campaña anterior, cuando del mismo espacio se obtuvieron 2,18 kilos promedio.
Esta baja ocurre a pesar de que el área implantada con maní se incrementó 5,2%: pasó de 402.000 a 423.000 hectáreas.
Asimismo, la superficie cosechada también mostró un avance interciclo, ya que pasó de 352.006 en 2016/2017 (período cuando se registró pérdida de superficie sembrada debido a las inundaciones) a 423.000 hectáreas para esta campaña -alza de poco más de 38%-.
“La aguda sequía sufrida por la zona núcleo ha afectado significativamente los rindes, marcando una disminución de la producción de maní en grano que se espera ronde 21% respecto de la cosecha anterior”, indicó la CAM.
Según los datos difundidos, a valores reales, se espera una producción en grano de poco más de un millón de toneladas, cuando en la camapaña anterior se obtuvieron 1,25 millón de toneladas.
Demanda
El análisis de la CAM también consideró la distribución de la demanda, para poder calcular el excedente que quedará disponible para exportar.
Así, estableció en 64 mil las toneladas de granos con los que se cubrirá la demanda interna (más pérdidas), esto es 3.500 toneladas más que las destinadas en el ciclo anterior.
Por otra parte, se destinarán a cubrir el stock de aceite unas 170 mil toneladas de granos, lo que representa una baja de casi 21% respecto de las 215 mil toneladas a ello destinadas durante el ciclo pasado. Además, se calcula que queden 55 mil toneladas de semillas, 8,3% menos que las 60 mil toneladas del año pasado.
Así, el saldo disponible para exportar se reducirá de 541.321 toneladas a 400.913; es decir, 26% menos.
Vale recordar que el presidente de la Bolsa de Cereales de Córdoba e integrante de la CAM, Luis Macario, estimó días atrás que esta baja significará una pérdida para la industria de entre 270 y 300 millones de dólares.
Se importarán 120.000 toneladas de soja de EEUU
– Argentina importará 120.000 toneladas de soja desde Estados Unidos para poder asegurarse la calidad y el abastecimiento para las aceiteras, a raíz de la sequía que afecta a la producción nacional, que
alcanzaría 40 millones de toneladas este año, 7 millones menos de lo proyectado.
– Según confirmó el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), el cargamento llegaría a los puertos del Gran Rosario cerca de octubre.
– Fuentes del sector aceitero explicaron que no es la primera vez que se importa soja desde Estados Unidos y que “la entrega está pensada para cuando la cosecha de soja argentina ya se extinguió”. Y agregaron: “Hoy hay problemas con la producción argentina por la sequía y en ese marco es lógico que las grandes plantas de molienda, que tienen que seguir su ciclo continuo, tomen recaudos para mantener el flujo de la producción”.
– Ayer, el USDA recortó la estimación de la cosecha de soja de Argentina de 47 millones de toneladas a 40, lo que implica que la temporada 2018 sería la peor de los últimos 10 años.