Por Juan Pablo Rovito y Facundo Zocchi *
En los últimos años, el sector financiero está transitando un proceso de cambios a partir del surgimiento de diversos avances tecnológicos. Blockchain o cadena de bloques forma parte de ese conjunto de avances que tienen el potencial de transformar la industria de servicios financieros.
En economía de la innovación se suele distinguir entre innovaciones incrementales e innovaciones radicales. En tanto las primeras son mejoras, pequeñas y sucesivas, de los productos y procesos existentes, las segundas implican introducir un producto o servicio que hasta el momento no se había considerado. Estas últimas implican una “destrucción creativa”.
Las expectativas creadas alrededor de las potenciales aplicaciones de blockchain llevan a pensar a que se trataría de una tecnología que provocaría cambios significativos. Si bien la aplicación de innovaciones tecnológicas en los procesos productivos conlleva ganancias de productividad, cuando se trata de tecnologías disruptivas no resulta claro en qué medida y en cuáles casos ello será así.
¿Qué es blockchain? A grandes rasgos, es una tecnología informática que, esencialmente, permite generar un registro de acontecimientos digitales, el cual está distribuido entre múltiples partes (nodos), conservando un registro certero y verificable de todas las transacciones que se han consumado históricamente en esa red.
El concepto de consenso distribuido permite implementar un registro inalterable de eventos del mundo digital, siendo la red de nodos distribuidos quienes certifican la veracidad de los datos. Es decir, esta tecnología no requiere de un ente central ni de terceros que brinden confianza a la red.
Diversas fuentes coinciden en que la aplicación de blockchain en la prestación de servicios financieros implicaría una verdadera revolución en la forma de operar el sistema financiero.
Entre los cambios más relevantes:
Registración de información del sistema financiero: la posibilidad de registrar la totalidad de la información que genera el sistema financiero en una base de datos descentralizada conduciría a una simplificación de procesos y reducción de costos.
Servicios de pagos: proporcionaría un mecanismo alternativo de transferencia de valor entre participantes, de manera más rápida, menos costosa y con menos intermediarios.
Contratos inteligentes: un contrato inteligente es capaz de ejecutarse y hacerse cumplir por sí mismo, de manera autónoma y automática, sin intermediarios ni mediadores. Se tratan de scripts (códigos informáticos) escritos con lenguajes de programación, siendo los términos del contrato sentencias y comandos.
Reducción de riesgos y fraude: las liquidaciones más rápidas no sólo significan acceso a los fondos de manera más rápida, sino que reducen el riesgo de que los fondos no estén disponibles en el tiempo comprendido desde que se aprueba la transacción. Asimismo, una vez creada la liquidación, los bloques de la cadena no se pueden alterar, por lo cual, las transacciones verificadas en un bloque no se pueden revertir.
Más allá de las transformaciones específicas, esta tecnología encuentra sus fortalezas en sus principales características: al ser descentralizada elimina la necesidad de una entidad central de confianza y no existe un poder centralizado sobre ella; distribuida, ya que cada nodo de la red posee una copia de la cadena de bloques actualizada; consensuada, pues existe un consenso generalizado, marcado por reglas claras, sobre qué transacciones son válidas y cuál es el estado actual de la cadena, e inalterable ya que la información registrada no puede ser borrada o modificada.
Adicionalmente, la ejecución de procesos más rápidos y seguros aparecen como la principal oportunidad para el sistema financiero. Sin embargo, la aplicación de esta tecnología será un gran desafío para la industria.
Por otra parte, esta tecnología expone debilidades en su escalabilidad e integración con otros sistemas. La primera plantea el desafío de almacenar y procesar una gran cantidad de datos por parte del sistema financiero en su conjunto, y la segunda, que los sistemas de cada institución sean capaces de comunicarse entre sí, para lo cual los bancos necesitarán construir la infraestructura necesaria para crear y operar una verdadera red global con soluciones basadas en esta tecnología. Asimismo, está la oportunidad y el desafío de mejorar los sistemas de procesamientos actualmente utilizados, lo cual implicaría lograr procesar una gran cantidad de transacciones en bajas unidades de tiempo a un menor costo, manteniendo las condiciones de seguridad de la red.
Por último, blockchain puede ser pasible de amenazas provenientes del entorno informático (ciberataques), los cuales podrían dejar al descubierto información sensible de los clientes de las entidades financieras.
En conclusión, la aplicación de esta tecnología al sistema financiero requerirá un cambio importante en el esquema legal y la colaboración de todos los actores que lo conforman, a los efectos de entender los riesgos y virtudes de su aplicación.
*Economistas del Banco Central de la República Argentina. Publicación del Blog Ideas de Pes