El economista Diego Dequino, en su última presentación al frente de la Bolsa de Comercio de Córdoba, evaluó las diferentes dimensiones económicas de Argentina y de Córdoba durante el año pasado. Concluyó que 2018 es una oportunidad para recuperar el sendero sostenido de crecimiento
Alcanzar un mayor nivel de inversión en términos del producto resulta una condición necesaria para el desarrollo económico de Argentina.
Fue una de las conclusiones de la presentación de la vigésimocuarta edición de “Economía Argentina: Habla el Interior”, estudio que analiza de manera estructural la coyuntura económica tanto en Córdoba como el país y que realiza año a año el Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la Bolsa de Comercio de Córdoba (BCC).
En el año 2016, la participación de la inversión en el Producto Bruto Interno (PBI) fue de 16,4%, es decir, de US$88.000 millones. Según el cálculo realizado por el IIE, se requieren al menos US$240.000 millones adicionales en los próximos ocho años para alcanzar el mismo stock de capital que el que existía en la década de 90, y se necesitarían al menos US$480.000 millones en ocho años para alcanzar una tasa de inversión similar a la observada en países que alcanzaron el desarrollo.
De este modo, si entre junio de 2016 y diciembre de 2017 se conocieron anuncios de inversión por US$160.000 millones, se necesitarían al menos US$80.000 millones para alcanzar los US$240.000 millones de stock de 90; mientras que la brecha de anuncios para lograr el desarrollo llega a US$320.000 millones.
Así lo explicó el economista Diego Dequino en su última exposición al frente del IEE (fue nombrado miembro del directorio del Banco de la Nación Argentina). Ahora será suplantado por el economista Lucas Navarro, doctor y magíster en Economía por la Universidad de Georgetown y egresado de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
Por otra parte y siguiendo con la presentación, Dequino indicó que 2018 es una “oportunidad” para que Argentina retome un sendero sostenido de crecimiento.
Para que ello suceda es necesario que “se direccione el crédito hacia sectores productivos; la inflación continúe mermando en el cálculo anual, y los anuncios de inversión maduren como inversión efectiva”.
Asimismo, dijo que desde 2014 y hasta 2016 se observó un crecimiento del PBI de siete por ciento, mientras la población crecía en igual proporción, evidenciando el estancamiento económico. Por el contrario, manifestó que 2017 se presenta como el año capaz de comenzar a desempatar la serie, ya que el crecimiento de la economía se ubicó en torno a 2,8% mientras que la población se incrementó en 1%. La posibilidad de “desempate” se logrará en cuanto 2018 y 2019 “continúen con la tendencia de crecimiento económico por encima del poblacional”, aseguró.
Dequino definió que las fortalezas de la economía crecieron en 2017 mientras que las máximas oportunidades se alcanzaron en 2016.
Las amenazas, en tanto, se mitigaron levemente en 2017 y, finalmente, la cantidad de debilidades continúa al igual que los años previos, según el informe presentado ayer.
Finalmente, dijo: “Estamos ante una recreación de un ciclo positivo de crecimiento del país”.