El juez porteño Roberto Gallardo hizo lugar a un cautelar y le ordenó a la empresa Metrovías que implemente el sistema denominado “Tótem de asistencia” (o “Tótem SOS”), con el fin de que garantice las condiciones de accesibilidad a la red pública de transporte de subterráneos en Buenos Aires, para preservar los derechos de personas con movilidad reducida o discapacidad motriz.
El caso llegó a la Justicia a raíz de la presentación de un usuario, quien alegó que para llegar a su trabajo en la zona del Obelisco debía pagarle a dos personas para que lo bajaran y subieran de las bocas del subte.
Luego, la Defensoría del Pueblo pidió que se intimara a los demandados a cesar en su omisión inconstitucional y proceder a eliminar las barreras arquitectónicas existentes en las estaciones de la red de subterráneos de la jurisdicción. A la presentación se sumaron varias ONG.
La accionada contestó la demanda y acompañó un plan de contingencia que está sujeto, según informó, a la aprobación presupuestaria de la Legislatura porteña.
Además, cuestionó la competencia del fuero y requirió la citación como tercero del Estado nacional.
El titular del Juzgado Número 2 en lo Contencioso-administrativo y Tributario de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires precisó que el reclamo introducido vía amparo buscaba obtener “un rápido remedio” frente a lo que se denunció como “una arbitraria e ilegítima omisión por parte de las autoridades locales de dar cumplimiento a las obligaciones impuestas por la Constitución local”.
Asimismo, valoró que era “paradojal” que la demandada invocara la necesidad de producir prueba porque, al mismo tiempo, adjuntó un plan de obras futuras proyectadas a 10 años, lo cual lo llevó a suponer que existe un previo estudio técnico de viabilidad.
Por tanto, el magistrado desarrolló las pautas marco del “Tótem de asistencia”, entre las que se estipula que cada estación de la red de subtes deberá contar con dos personas designadas exclusivamente para auxiliar a quienes lo requieran, y que los empleados deberán contar con dispositivos electrónicos para recibir los avisos.
La modalidad se implementó con éxito en Río de Janeiro, en 2016, durante los Juegos Olímpicos y Paraolímpicos.