ESCUCHAREl ingreso del producto entero pelado aumentó 146% entre 2014 y 2015; trepó a 971%, en 2016, y a 187%, en 2017, llegando a importarse 10 mil toneladas netas el año pasado. Ese volumen reemplazó el cultivo de 193 hectáreas
La industria nacional del tomate emitió un comunicado de alerta a raíz del incremento en el volumen de las importaciones ocurrido durante los últimos años, que llegó a reemplazar la producción nacional de 15 millones de kilos del producto y las labores de 193 hectáreas.
“En el sector del tomate de industria hay una alta preocupación por el exponencial aumento de las importaciones de productos industrializados de tomate entero pelado”, indicó Guillermo San Martín, gerente General de la Asociación Tomate 2000, que está integrada por Solvencia, Unilever de Argentina, Arcor, Angiord, AVA, Surcos del Valle SA, Baggio, Salto de las Rosas (por parte de la industria); San Nicolás, Primavera, Fitotec, Proplanta (por parte de los productores); y la Secretaria de Agricultura, Ganadería Pesca y Alimentación, el INTA y Secretaría de Economía de la provincia de Mendoza (por parte de los organismos oficiales).
“La preocupación radica en que precisamente este producto es una especialidad de la región cuyana (San Juan, Mendoza y La Rioja), que la puede producir con excelente calidad y diferenciación, y de manera competitiva en cuanto a los máximos estándares internacionales. Además, es uno de los subproductos tomatados que más agentes involucra en la cadena, entre mano de obra, productores, industrias y proveedores de bienes y servicios, teniendo un alto impacto social y económico en la región”, agregó el dirigente.
Según los datos aportados por la asociación, con base en cifras de la Aduana, los productos industriales de tomate entero pelado han aumentado “exponencialmente” desde 2014, con una variación anual de 146% en 2015; 971%, en 2016, y 187%, en 2017, llegando a importarse 10 millones de kilos netos en el último año.
Así, mientras en 2014 se importaron 136.639 kilos netos de tomates enteros en lata; en 2015 ingresaron 335.667 kilos netos; en 2017 fueron 3.593.869 kilos netos y, finalmente, en 2017 sumaron 10.302.124 kilos.
De este modo, según los cálculos del ente mixto, con el ingreso de esos volumenes de productos enlatados, en 2014 se reemplazaron 204.959 kilos del producto nacional fresco, obtenido del cultivo de tres hectáreas; en 2015 se reemplazó 503.501 kilos de seis hectáreas; en 2016 se cubrió 5.390.804 kilos nacionales de 67 hectáreas y, finalmente, en 2017, se prescindió de 15.453.186 kilos de alrededor de 193 hectáreas locales.
En contrapartida, las importaciones de productores industriales de tomate trozado o cubeteado se han mantenido casi constantes en los dos millones de kilos por año, en los últimos cuatro años, según indicó la asociación.
Por su parte, las importaciones de pasta de tomate en el país, crecieron 87% entre 2015 y 2016, aunque luego bajaron 28% en 2017 con respecto a 2016. “Este salto importante de las importaciones del 2015 al 2016, marca un importante remplazo de producción nacional de este producto”, remarcó San Martín.
Problema y posibles soluciones
El sector advierte una “grave situación” de pérdida de competitividad sistémica que “es importante revertir lo más aceleradamente posible, para que este clúster agroindustrial no siga decreciendo”.
Aseguran que en los últimos años se realizaron inversiones y el paquete tecnológico que se aplica sigue mejorando los rendimientos con manejos técnicos cada vez más sustentables. Sin embargo, dicen que hay una “gran capacidad instalada” ociosa e inversiones “paradas” porque no se dan las condiciones para “retornar a la vía del crecimiento”.
Para ello, sugieren “mejorar los niveles de reintegros” a la exportación de latas de tomate entero, pasta y salsa de tomate en sus distintas modalidades de expedición, para así mejorar los incentivos
En 2017, la importación reemplazó la producción de 193 hectáreas de las que se podría haber obtenido más de 15 millones de kilos de tomate fresco argentino.
El tomate entero pelado enlatado es una especialidad nacional, originaria de la región cuyana.
