ESCUCHAREl país se destacó, particularmente, por su pilar de crecimiento. Suiza continúa liderando el listado global, que este año está orientado a la diversidad para impulsar la competitividad.
E n una era definida por la incertidumbre y las divisiones crecientes, la diversidad del talento impulsa la innovación, ayuda a superar las desigualdades y permite un futuro compartido. Por ese motivo el Grupo Adecco -junto con Insead y Tata Communications- presentó en Davos la quinta edición del Índice de Competitividad por el Talento Global (GTCI), un estudio orientado, este año, a la diversidad del talento para impulsar la competitividad.
En la quinta edición del informe, Argentina avanzó 15 lugares con respecto al año anterior y logró el 49º puesto en el mundo, dentro del grupo de países participantes del estudio. Este año, el índice cubrió 119 economías nacionales y midió cómo los países atraen, fomentan el crecimiento y retienen el talento.
El estudio se centra en cuatro pilares externos y dos pilares internos. Los pilares externos son los de la habilitación, atracción, crecimiento y retención. En el ranking de habilitación, Argentina se ubica en el 92º puesto, y en atracción y retención, en los lugares 68 y 51, respectivamente. Sin embargo, obtuvo un muy buen resultado en el índice de crecimiento, ubicándose en la 34ª posición.
En cuanto a los pilares internos, habilidades profesionales y técnicas, así como destrezas de conocimiento global, obtuvo el 48º puesto en la primera y el 56º, en la segunda.
¿Qué pasó con Buenos Aires?
La ciudad de Buenos Aires retrocedió dos lugares en el ranking. Esto se debió a que si bien en los pilares de atracción y crecimiento le fue mejor, en los pilares de retención del talento y habilitación, empeoró respecto al año anterior.
El informe cubrió 19 países latinoamericanos y se destacaron los siguientes: al igual que el año anterior, Chile (33º) lidera la región especialmente por su fuerte pilar de crecimiento (24º), ya que aunque su cantidad de migrantes sigue siendo bastante baja, se considera un país cada vez más atractivo para el talento extranjero.
Por su parte, Costa Rica (35º) y Panamá (45º) se destacan por sus fuertes pilares de atracción (24º y 20º, respectivamente). Uruguay (44º) es otro país de altos ingresos en la región y con un buen índice de atracción (28º) y Crecimiento (39º). Sigue Argentina en el puesto (49º), destacándose en el índice de crecimiento (34º). Luego aparecen Colombia (67º), México (71º), Brasil (73º), Perú (74º), Guatemala (84º) y Ecuador (85º).
Los primeros 10 en el ranking
Al igual que el año anterior, el ranking está dominado por países europeos, con ocho de ellos entre los 10 primeros. Suiza mantiene su posición en la parte superior, seguido por Singapur, uno de los dos países no europeos entre los 10 primeros; el otro es Estados Unidos.
Aunque la región europea predomina, su rendimiento es en gran medida heterogéneo. En general, los países europeos más pequeños tienden a desempeñarse mejor que los más grandes: por ejemplo, Bélgica, los Países Bajos y Luxemburgo tienen una clasificación más alta que las economías más grandes, como Alemania y Francia.
Radiografía regional
El informe cubrió 19 países latinoamericanos y se destacaron los siguientes: al igual que el año anterior, Chile lidera la región, especialmente por su fuerte pilar de crecimiento.
Costa Rica y Panamá se destacan por sus fuertes pilares de atracción. Uruguay muestra un buen índice de atracción y crecimiento.
Sigue Argentina en el puesto 49. Luego aparecen Colombia (67), México (71), Brasil (73), Perú (74), Guatemala (84) y Ecuador (85).
Para 2018: las principales claves para ser más competitivos
“La diversidad de talentos es un recurso para la innovación que en gran parte continúa sin ser explotado. La diversidad debería considerarse un pilar fundamental de la competitividad en una economía digital mundial en rápido crecimiento”, dice el informe de Adecco y señala algunas claves para tener en cuenta:
1- La diversidad cognitiva (diversidad de conocimiento, experiencia y perspectivas) es la que, por medio del trabajo en equipo y la colaboración, conduce a la innovación y al desempeño sobresaliente. Los equipos de personas diversas superan los equipos de personas talentosas pero similares.
2- La inclusión y la diversidad van de la mano en lo que respecta a las estrategias de diversidad. Para aprovechar la diversidad, las organizaciones tienen que construir normas y culturas más inclusivas en las que las voces se escuchen sin el filtro del sesgo inconsciente. Las organizaciones más inclusivas ayudarán a eliminar los obstáculos de la diversidad de identidad (género, etnia, edad, etcétera).
3- Los sistemas educativos formales tienen una responsabilidad crucial en la construcción de las competencias (conocimiento + habilidades + actitud) que se necesitan para un mundo más inclusivo. Estos sistemas educativos formales deberían ir acompañados de una capacitación en diversidad más sistemática y generalizada en las organizaciones (centrada en desarrollar el respeto por las diferencias de identidad), así como un entrenamiento en habilidades colaborativas.
4- La capacidad de aprovechar la diversidad requiere un liderazgo audaz y visionario, a nivel de organizaciones, ciudades y naciones. Por sí mismas, las fuerzas naturales de la sociedad no conducirán a la diversidad y la inclusión.
5- Las ciudades continuarán cambiando la escena global del talento, y el liderazgo y compromiso local serán clave en su éxito. Tal liderazgo a menudo ha sido lo suficientemente visible como para atraer a comunidades enteras a combinar fuerzas para proyectar una imagen positiva y atractiva de sus respectivas ciudades. Esto continuará siendo un ingrediente clave para el éxito de las ciudades con el objetivo de convertirse en centros mundiales de talento.
6- Las ciudades son laboratorios perfectos para promover la diversidad. La experiencia de las ciudades de diferentes tamaños y antecedentes históricos muestra cuánto puede contribuir la diversidad a la innovación.
