El uso de Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) para la gestión de los residuos, de sensores inteligentes en la red hidrométrica, como la telegestión de luces LED en el alumbrado público, sumado al desarrollo de aplicaciones ciudadanas, son avances para que Buenos Aires se convierta en una ciudad inteligente.
Las smart cities o ciudades inteligentes son aquellas que “usan la tecnología como herramienta para optimizar la eficiencia de la urbe y de su economía, siempre y cuando sirvan para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y proteger la naturaleza”, según las definición de las Naciones Unidas.
En el proceso que está haciendo la capital argentina hacia ese objetivo, un desarrollo privado esa usando IoT –la tecnología que permite conectar a Internet distintos equipamientos- aplicado a la recolección de residuos.
“A este escenario –que incluye sensores, chips, plataformas de gestión y activos conectados–, se suman las redes low power (bajo consumo), que conectan el equipamiento logístico y envían la información a través de una tecnología de transmisión de datos de bajo consumo energético, que se está desplegando en todo el país”, dijo Guillermo Castelli, CEO de QuadMinds, empresa que proporciona soluciones tecnológicas.
El directivo contó que el proceso de recolección de basura “es uno de los servicios que más tecnología low power incorporó” y la empresa se lo suministra a la firma que tiene la concesión en Puerto Madero.
Si bien no brindó datos de cuál es esa empresa, en la página del gobierno de la Capital Federal puede verse que ese sector lo cubre Cliba.
“En el barrio de Puerto Madero ya hay instalados diez sensores IoT low power que miden el volumen de llenado de los contenedores. De esta manera, la compañía encargada de la recolección puede ver cuánta basura hay y trazar rutas dinámicas, modificadas por la demanda y optimizadas para hacer más eficiente el servicio”, detalló Castelli.
Esto permite realizar las tareas de recolección “por grupos de contenedores llenos, haciendo un mejor uso de los recursos, mientras mejoran su productividad”, añadió.
Asimismo, la empresa “puede ver en qué horarios la gente genera más residuos, constatar que sean recolectados cuando se debe -no antes ni después- y determinar dónde es necesario colocar más contenedores o no”.