Por José Simonella*
El mercado local brindó excelentes resultados en los últimos dos años, el Merval llegó a máximos históricos y en bonos la compresión de spread permite alcanzar niveles de riesgo país muy bajos en relación con los últimos años -aunque altos en comparación con la región-. Tal situación ha producido que muchos inversores se olviden de que este tipo de inversiones, que han tenido hasta ahora un rendimiento extraordinario, son de riesgo y podría, en algún momento, producirse una toma ganancias o un ajuste que impacte en sus valuaciones.
Seguramente no se les escapará a los lectores los determinantes más difundidos de esta situación: Desde el plano externo se debe señalar la importantísima liquidez que inyectaron los bancos centrales de los países desarrollados para combatir la crisis, haciendo que las tasas de interés alcanzaran valores cercanos a uno durante un período muy considerable de tiempo, lo cual alentó la búsqueda de mayores rendimientos en mercados emergentes. En el plano local, la mejora de las expectativas a partir de la posibilidad cierta de que se impusiera el actual gobierno en las elecciones presidenciales de 2015 hizo que muchos volvieran su mirada sobre el mercado local y apostaran a su recuperación. Recuperación que en los mercados se planteó rápidamente y que en la economía real se demoró, pero que por estos días hay consenso que se está produciendo.
Siempre el mercado local se ve fuertemente condicionado por lo político y por lo que sucede en el ámbito internacional y en particular en Brasil. Las expectativas, una vez más, jugaron un papel preponderante y las inversiones rindieron de manera extraordinaria, debiendo sumarse a esta bonanza las tasas que pagan las Lebac, que si bien permiten al BCRA absorber una parte significativa de liquidez, alientan al pase de dólares a pesos para aprovechar el diferencial de tasa, operatoria que se conoce como carry trade.
Una vez, un inversor experimentado me aconsejó que no es prudente intentar maximizar utilidad en la Bolsa y que hay que saber vender cuando uno ya ganó lo esperado. Tal decisión resulta difícil de tomar en momentos como éstos, cuando la Bolsa rinde de manera extraordinaria y las perspectivas parecen no dejar de alentar a mantener papeles en cartera.
Creo que es un buen momento para reflexionar sobre aquellas cosas que permitirán que acciones y bonos sigan subiendo y aquellas que suman riesgo de una corrección.
Si pensamos que la recuperación de este año se transformará definitivamente en crecimiento en el próximo y que el Gobierno se impondrá en octubre logrando el poder político necesario para imponer las reformas que resultan imprescindibles, y que Brasil continuará mejorando y saliendo de la recesión, hay que ser optimista con el valor de acciones y bonos en los próximos meses. Optimismo que también deberemos contrastar con la probabilidad de que suceda algún evento adverso para los mercados, como que la Reserva Federal de EEUU decida, como ya lo ha sugerido, aumentar la tasa de interés y hacer una política monetaria más restrictiva, lo cual tendrá indefectiblemente impacto en los mercados emergentes y Wall Street. En este caso y en función de la magnitud que alcance dicha medida será la probabilidad de baja que generará.
La pregunta a formularse en caso de que creamos que ambos efectos se van a dar, es decir, los positivos y los negativos, es ¿cuál tendrá preponderancia sobre la otra y sobre el humor de los inversores? Porque en definitiva es lo que decidirá si quedarse o de salir es lo adecuado. Tengamos en cuenta que en este ejercicio simplificado dejamos de lado muchas otras variables que se deben considerar, para lo cual es importante contar con el asesoramiento profesional adecuado, entre otras, sobre las tensiones geopolíticas que se han visto incrementadas.
Una vez más estamos frente a un tema de taiming sobre el que tendrá mucha incidencia la postura que cada inversor tenga frente al riesgo, el horizonte temporal de necesidad de esos fondos y el momento en que ese inversor ingresó al mercado. Nadie tiene certeza de lo que sucederá en los próximos meses; lo que sí pueden saber es cuánto ganaron hasta ahora y podrán decidir si asegurar esa ganancia, o continuar con el riesgo.