La Comisión de Economía del Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE) de Córdoba considera que los datos positivos que vienen mostrándose hasta ahora pueden explicarse por el efecto rebote, con lo cual ponen en tela de juicio que se trate de una recuperación económica genuina
La Comisión de Economía del Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE) de Córdoba presentó ayer un nuevo informe de coyuntura, en el que fundamentó sus reparos respecto del “genuino” crecimiento del que se habla en el país.
“Hasta ahora, los indicadores muestran un efecto rebote y creemos que es muy pronto para saber si se está ante un crecimiento sostenido”, indicó la economista Mary Acosta, quien agregó: “No se puede decir aún que haya una recuperación genuina de la economía”.
En ese sentido, explicó que hay un leve crecimiento con origen en los sectores agropecuario, energético y de la construcción gracias a la obra pública, pero que esa mejora es insuficiente para prever un crecimiento sostenido.
“Las variaciones interanuales del PBI a precios constantes muestran ciclos muy cortos, de dos años. Aparentemente estamos entrando en un proceso de crecimiento desde 2016, pero los indicadores pueden mostrar el efecto rebote”, dijo Acosta, e hizo hincapié en la contracción “profunda” que viene registrando el consumo; éste explica las dos terceras partes del PBI.
“La caída del consumo es profunda y duradera, con expectativas poco alentadoras debido a la falta de recuperación del salario real”, indicó.
Por otra parte, los economistas del CPCE destacaron que el déficit fiscal es superior al del año 2015. “Aun con los ingresos extras logrados merced al blanqueo, que aliviaron en parte las arcas públicas y permitieron atender a prestaciones sociales como las de la reparación histórica de los jubilados y los subsidios, los ingresos pueden verse afectados”, explicaron, así como que “92% del aumento de ingresos tributarios se explica por el blanqueo”. Por el lado de los gastos, 28% del aumento del gasto corriente se explica por aumento en prestaciones sociales (jubilaciones, asignaciones, etcétera); 40% por subsidios económicos (energía principalmente) y 16% por transferencias a las provincias. Los economistas también subrayaron que el Gobierno utiliza el endeudamiento para cubrir el rojo fiscal pero el endeudamiento es mayor en moneda extranjera y con acreedores privados, “con el consiguiente aumento en el pago de los servicios a partir de 2016 y la mayor dificultad en la refinanciación”.
Finalmente, Acosta se refirió a otro desafío que el Gobierno se propuso cumplir: la inflación. Al respecto, recordó que ésta se aceleró en 2016 debido a la devaluación y a los consecuentes ajuste de precios. “Hay una alta resistencia de la inflación núcleo y el Banco Central y el Gobierno persisten en la idea de utilizar la tasa para contenerla. Sin embargo, se olvidaron de otros factores, como el aumento de tarifas y la corrección del tipo de cambio, es decir, la sóla política de tasa no alcanza para revertir el problema inflacionario”, dijo, y concluyó: “Además, la base monetaria sigue en alza por operaciones con el sector público y colocaciones en Lebac”.