Lo aseguró Juan Carlos Vasco Martínez, director Ejecutivo de la Asociación de upermercados Unidos (ASU), que nuclea a las grandes cadenas de retail. De este modo, refutó el informe del Centro de Almaceneros de Córdoba, que indicaba que los híper tienen un margen de rentabilidad promedio de 142%. Por Cecilia Pozzobon – [email protected]
Días atrás, el Centro de Almaceneros de Córdoba denunció que el margen promedio de rentabilidad de las grandes superficies comerciales se ubica en 142,2%, luego de realizar un estudio para el que se comparó los valores a los que se compran diferentes productos respecto del precio al que se los venden al público.
Para ese análisis, la entidad cotejó cuatro grandes superficies en Córdoba-dejando de lado las cadenas regionales de supermercados- y comparó los precios de 45 productos.
De esas comparaciones surgió que, además de grandes diferencias entre cada una de las bocas de expendio, en todos los casos existen amplias brechas entre los precios a que compran y los que ofrecen al público.
Sin embargo, Juan Carlos Vasco Martínez, director Ejecutivo de la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), que nuclea a las grandes cadenas de hipermercados, refutó el análisis y aseguró que el trabajo difundido se trata de una “gran acción publicitaria para denigrar a una porción de los supermercados”.
“Es un excelente fuego de artificio porque no tiene sustento material”, aseguró en diálogo con Comercio y Justicia. “No sólo que hay errores metodológicos, como la falta de identificación de los productos cuando se hacen las comparaciones, sino que se consideran los precios de compra que en el mundo comercial se informan sin IVA y los precios al consumidor final que, por el contrario, tienen cargado el IVA que, en la mayoría de los casos es de 21% y para la carne es de 10,5%”, aseguró.
“De entrada, de la brecha que indican, 21% es lo que se lleva el Estado en concepto de IVA”, explicó.
En la misma línea, se refirió a un informe realizado por la consultora Abeceb que, con base en la “información de los balances” de las grandes superficies comerciales, determinó que en 2015 la rentabilidad final promedio de las grandes cadenas de supermercados fue de 2,7% de su facturación. “Si los márgenes de los que hablan (que sería más bien marcación) fueran ciertos, no se podría hablar de una rentabilidad de 2,7%, ésta sería de entre 27 y 30%”, dijo.
Asimismo, adelantó que, en función de la información que maneja respecto de los balances de 2016, la utilidad final del año pasado rondó en promedio uno por ciento de la facturación. “Sería imposible llegar a este resultado final con estos márgenes de marcación de los que habla el Centro de Almaceneros”, reiteró. En efecto, el informe de la consultora indica que la rentabilidad operativa del sector fue de 2,7% para 2015 y se encuentra por debajo del promedio del sector en el ámbito mundial, que se ubicó en 3,1%, y está en línea con las registradas en otros países tales como los europeos (2,4%) y Estados Unidos (2,9%).
A su vez, la consultora determinó que, en promedio, los precios de los supermercados son más económicos que los que se observan en otros canales de venta. Esto se verificó en 2015 para el caso de los alimentos, bebidas, productos de tocador e higiene.
Presión impositiva e informalidad
Consultado respecto de la incidencia de la presión tributaria en el precio final de los productos que comercializan, Vasco Martínez indicó que “con números de distintas organizaciones, la incidencia de los impuestos en los alimentos ronda en un promedio de 42%. Es decir, de la formación del precio final en todos los eslabones de la cadena, 42% corresponde a impuestos”, dijo y agregó: “Hay un informe del Banco Mundial (BM) en el que se habla de cómo inciden los impuestos en la rentabilidad. y explican que, en Argentina, Ingresos Brutos (IIBB) representa 53% de la rentabilidad de las firmas, los Aportes y Contribuciones Patronales y a la Seguridad Social, 29% y el impuesto al Cheque, 17%, es decir, de cada 100 pesos que quedan después de pagar mis gastos, la mercadería, la luz, el gas…. 53 se los lleva IIBB, 29 las cargas sociales y 17% el impuesto al cheque”.
Amén de reconocer que en el país hay “alta presión tributaria”, Vasco Martínez aseguró que el tema se ve “magnificado” por la existencia de la venta informal. “Uno compra algo en un supermercado de cadena y no sale del comercio sin un ticket. En otros locales uno puede salir sin un ticket, y eso es un indicio de defraudación impositiva”, remarcó.
Trabajo “en negro”
El informe de Abeceb indica que en los comercios que tienen menos de 10 empleados, la informalidad laboral alcanza a 70% de ellos. En cambio, en el caso de los supermercados de cadenas hay 100% de registración. “Son otros de los factores distorsivos que no se toman en consideración”, indicó Vasco Martínez.
Obligatoriedad del posnet
“Estamos de acuerdo con la disposición que obliga a que haya una terminal de pago electrónico en todos los comercios”, agregó.