sábado 23, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Estrés, fatiga y agotamiento, riesgos psicosociales de los trabajadores sanitarios

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Por Luz Saint-Phat – [email protected]

Los profesionales del sector enfrentan una serie de circunstancias en los sistemas actuales que pueden derivar en problemas físicos y de salud mental

El exceso de pacientes, la recarga horaria, los salarios bajos y la migración son sólo algunas de las problemáticas que hoy enfrentan los trabajadores de servicios sanitarios en todo el mundo.
Aunque las situaciones son diversas en cada país, los factores desfavorables parecen ser transversales para quienes se desempeñan en el campo de la salud, según advirtió la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en un informe emitido esta semana. Éste, denominado “Mejora del empleo y las condiciones de trabajo en el ámbito de los servicios de salud”, fue preparado con el objetivo de que sirva de base para las deliberaciones en la reunión tripartita sobre las condiciones de trabajo en ese sector, la cual tendrá lugar en la ciudad de Ginebra, del 24 al 28 de abril próximos.
En el documento, que puede consultarse en Internet (http://www.ilo.org/sector/activities/sectoral-meetings/WCMS_548292/lang–es/index.htm), la OIT detalla que los trabajadores sanitarios de todo el mundo hoy se enfrentan “a una serie de riesgos profesionales asociados con riesgos biológicos, químicos, físicos, ergonómicos y psicosociales”.
A modo de ejemplo, dice el texto: “En la UE (Unión Europea), en comparación con los demás sectores, el personal sanitario registra la cuarta tasa más alta de problemas de salud relacionados con el trabajo y es el que más se expone a riesgos biológicos y químicos, al estrés laboral, a la violencia y al acoso”.
Estos riesgos se intensifican donde existen dotaciones de personal no suficientes para la demanda de los enfermos.
“Cuantos más pacientes deba atender un trabajador de la salud, mayor será la intensidad de trabajo, lo que puede aumentar el riesgo de accidentes y de estrés laboral y, por consiguiente, de lesiones y enfermedades del personal de la salud, incluidos la fatiga y el agotamiento”, dice el organismo.
“En última instancia, la falta de personal también tiene un impacto en la seguridad del paciente y en la calidad de los cuidados en términos de una mayor morbilidad y mortalidad, mediadas por factores como la no prestación de cuidados, rescates fallidos, errores de medicación o infección de heridas”, advierte la OIT.
En tanto, respecto de la carga horaria excesiva que parece prevalecer en muchos de los sistemas sanitarios, indica que “las largas jornadas laborales, el trabajo por turnos y el trabajo nocturno están contemplados específicamente en la legislación nacional e internacional por razones normativas, debido al perjuicio que causan en la salud de los trabajadores”.
Y agrega: “Los efectos en la salud de los trabajadores son, entre otros, una mayor fatiga emocional y mental, la perturbación del ritmo de sueño como consecuencia del trabajo por turnos y diversas enfermedades como los trastornos del sistema osteomuscular y la depresión. Además, estos efectos en la salud se asocian con una mayor incidencia de heridas causadas por instrumentos cortantes y punzantes, incomodidad física y accidentes”.
Posteriormente, explica la OIT que “La menor capacidad para hacer frente a la carga de trabajo y el estrés crónico, ambos relacionados con la fatiga, pueden conducir a la insatisfacción laboral, el agotamiento, el absentismo, una mayor rotación del personal y una prestación de servicios deficiente, incluidos errores médicos, lo que a su vez puede traducirse en resultados adversos para los pacientes”. Un apartado separado merece el tema de la violencia que enfrentan diariamente los trabajadores de la salud. “La violencia, incluido el acoso, que varía desde el abuso verbal hasta la agresión física, es infligida a los trabajadores sanitarios por sus propios colegas de trabajo, la jerarquía del centro de salud, los pacientes y los familiares de los pacientes. Tiene una alta prevalencia en el sector, tanto en los países desarrollados como en desarrollo”, dice el documento.
En este sentido, y en referencia a esta problemática, “la OIT preconiza el tiempo de trabajo decente como un elemento para mejorar las condiciones de trabajo, mediante la conciliación de las necesidades de los trabajadores con los requisitos normativos”.
Y finaliza el documento: “El tiempo de trabajo decente se describe como una organización que promueve la seguridad y la salud; fomenta la igualdad de género; es compatible con la vida familiar; aumenta la productividad y mejora los resultados de las empresas del sector, y facilita la elección y la influencia del trabajador con respecto a su horario de trabajo”.

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