Elizabeth Lambertini, responsable de las relaciones institucionales de Mainero, reconoce que aún hay diferencias de género tanto en cargos y actividades como también en niveles salariales. Asegura que para vencer el prejuicio de ser mujer, hay que estar “capacitadas” y “actuar”
Por Laura Pantoja – [email protected]
Elizabeth Lambertini ingresó en el año 2007 como gerente de Relaciones Institucionales de Mainero, la empresa de Bell Ville que hace 85 años es referente en la fabricación de maquinarias agrícolas. Como parte de la tercera generación que administra la firma, su compromiso es renovar la gestión contribuyendo en la generación de políticas industriales, algo que resultó ser un desafío hace diez años atrás.
– ¿Cómo se ha iniciado su vida profesional? ¿Cuál ha sido su principal motivación? ¿Sus logros han sido parte de un plan o producto de oportunidades que se fueron presentando y usted las fue acompañando con formación y vocación?
-Comencé siendo emprendedora y en el año 2007 me incorporé a Mainero como gerente de Relaciones Instituciones, con la tarea de generar políticas industriales, lo que en aquel momento -por ser mujer- era todo un desafío personal y profesional. La necesidad de representar a nuestra empresa en diferentes ámbitos, desarrollar programas y proyectos, aprender temas técnicos y de producción del sector fueron determinantes para capacitarme. Tenía esta vocación desde muy chica: en las empresas familiares, hablar sobre empresa, política, comunidad y justicia es normal. Lo llevamos en la sangre.
-¿Cuáles son hoy los principales desafíos laborales que, según su experiencia, enfrentan las mujeres que ocupan mandos medios/gerenciales o son emprendedoras en Argentina?
-La capacitación, el reconocimiento económico y el equilibrio entre familia, vida social y trabajo es fundamental. Nos mueve el deseo y la decisión de ocupar cargos directivos y puestos de decisión. Por otro lado, como emprendedoras debemos saber encontrar nichos de mercado, organizar el tiempo y, sobre todo, perseverar. Comprender que hay que recorrer un camino, pasar por un proceso, para llegar a nuestras metas y objetivos. En ninguno de los casos es sencillo.
-Desde su experiencia personal ¿existen en el país diferencias de género en estos puestos y actividades? ¿Cuáles?
-Lamentablemente sí existen. La sociedad argentina está atravesando un cambio social, cultural y económico. Es un país con varias culturas, con diferentes influencias y hoy la sociedad, las necesidades económicas, las nuevas familias, van cambiando las expectativas personales y sobre todo laborales. Recuerdo cuando ingresé a una institución de empresas; éramos tres mujeres y nos escuchaban poco. Propuse que nos vistiéramos de colores fuertes, con polleras o vestidos, y que nos sentáramos en la primera fila e hiciéramos preguntas y opináramos sin ningún tipo de temor. Esa actitud nos permitió identificarnos como género y ganar espacio, conformar una identidad con voz y voto. Es decir, no pedimos que nos den un espacio, somos proactivas y lo tomamos a partir de la acción. Debemos dejar de victimizarnos y vencer el prejuicio de ser mujer. El miedo se vence con la acción y para eso hay que estar capacitadas, eso vence cualquier temor.
-Uno de los principales temas de hoy en la agenda mundial de igualdad de género es el empoderamiento económico de las mujeres . ¿Existen en Argentina diferencias salariales que conozcas o hayas vivido entre hombres y mujeres para iguales tareas?
-Según la investigación sobre segregación por ocupación de género en la provincia de Córdoba, realizada por el Ministerio de Trabajo, el Consejo Provincial de las Mujeres y el Gobierno de Córdoba, hasta el 30 de mayo de 2016, sobre un total de 423.075 trabajadores, 35% son mujeres y 65% son varones. Por otra parte, sobre un total de 64.007 entidades, 36% es liderado por mujeres y 64% por varones. En cuanto a los salarios, las mujeres ganan 27.2% menos que los hombres según el mapa. La diferencia, aun con puestos iguales, incluye cantidad de horas, niveles de estudio y tipos de trabajo. También hay un porcentaje inexplicable de la muestra que acusa la existencia de una discriminación en el mercado laboral.
-Hoy, a pesar de que la mujer ha avanzado considerablemente en sus aspiraciones profesionales y laborales, ¿cómo se equilibra la vida laboral y la vida personal? ¿Qué conflictos se pueden presentar en este punto?
– Encontrar un equilibrio es difícil, pero primero se debe tomar la decisión y contar con el apoyo de la familia. En mi caso, todos colaboramos y cada uno se hace cargo de sus responsabilidades y de alguna de las tareas del hogar. Debemos entender que no somos perfectas ni estamos disponibles las veinticuatro horas del día. No debemos sujetarnos a las multitareas y por sobre todo debemos organizar el tiempo. No debemos dejar amistades de lado ni actividades que nos gusten. Por otra parte, es necesario tomar decisiones concretas: en mi caso, no al whatsapp grupal de padres porque me estresa; prefiero las relaciones interpersonales. Un aspecto positivo es que los hijos se acostumbran a ser responsables.
-¿Cómo se puede conciliar con puestos gerenciales/mandos medios y emprendimientos propios el hecho de la maternidad? ¿Todavía persisten diferencias en este punto entre los hombres y las mujeres?
-La maternidad también está cambiando. Hay una tasa menor de natalidad y existen espacios destinados dentro de las instituciones para amamantar al bebe. El dato más importante y la problemática en el sector industrial es la industria del juicio, el ausentismo y no motivación para trabajar. La paradoja es que sus actores principalmente son hombres. ¿Cuál sería el problema de que las mujeres tengan su licencia por maternidad y que se distribuyan las tareas del hogar y de los hijos en una verdadera equidad?
– ¿Cree en el éxito? ¿Se considera una mujer exitosa? ¿ Cuáles son las condiciones que una mujer debe reunir, acceder y aprender para lograr su propio éxito?
– El éxito es un camino, no un destino. Cada uno puede diseñar el que más le sirve. Es lo que te da satisfacción, aquello que puedes elegir y llevar con estilo propio. Al éxito no se llega, sino que se lo transita en todo el camino. Bajo este concepto, sí me considero una mujer exitosa.
Empoderarse es la clave, cualquiera sea la elección
“Las mujeres deben saber decidir cómo convertirse en mujeres, cómo empoderarse, sea cual fuere la elección. Es difícil encontrar el equilibrio entre familia, vida social, trabajo, pero cuando se logra se siente lindo”.
“Me preocupa el aumento de mujeres con problemas cardíacos, de ansiedad, depresión. Mucho tiene que ver la sociedad, papás ausentes, baja remuneración, discriminación laboral, problemática del género femenino, dentro y fuera del trabajo. Las mujeres somos y seremos mujeres, diferentes del varón, con nuestra esencia. Reconocer las propias limitaciones, capacitarse, estudiar, ir por más, hace la diferencia. Festejemos y seamos felices de ser mujeres y que ¡viva la diferencia!”
Perfil de mujer
– Nombre: Elizabeth Lambertini
– Título: licenciada en Marketing.
– Estado civil: casada, 4 hijos. La hija mayor vive en el extranjero.
– Edad: 46 años.
– Hobby: pintar
– Metas: seguir creciendo como mujer, seguir capacitándome en temas relacionados con su tarea.Crecer profesionalmente, dentro y fuera de la empresa. Disfrutar de la vida y ver a sus hijos crecer
Perfil de ejecutiva
– Empresa: Mainero y CIA. Firma familiar fundada hace 85 años en la ciudad de Bell Ville, provincia de Córdoba.
– Rubro: Maquinaria agrícola.
– Cantidad de empleados: 400
– Cargo: Gerente de Relaciones Institucionales. Accionista de la empresa, Tercera Generación.
– Proyecto destacado que ha protagonizado en el seno de la empresa: Creación e inauguración de la Escuela de Terminalidad Secundaria para empleados de la empresa y de otras industrias de la zona, con título técnico del sector al cual pertenecen. El primer egresado fue un obrero de 55 años.
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