La Cámara valoró todas las consecuencias negativas que tuvo que asumir el actor a raíz del comportamiento del banco demandado. En el fallo se resaltaron los episodios que afrontó y que afectaron su honor e identidad
La Cámara en lo Civil y Comercial de 8ª Nominación elevó la condena por daño moral dictada en contra de la demandada BBVA Banco Francés SA, de veinte mil a treinta mil pesos, al considerar la afectación al honor y tranquilidad que padeció el actor, quien fue erróneamente incluido como deudor moroso en el Veraz por una falla en el sistema, todo lo cual desencadenó una serie de consecuencias perjudiciales para él.
Al analizar el agravio relacionado con la cuantía del rubro, el tribunal -integrado por Graciela Junyent Bas, José Manuel Díaz Reyna y Héctor Liendo- resaltó que en el caso se demostró que la publicación de los datos del reclamante como deudor moroso fue absolutamente incausada, pues no sólo no estaba en mora sino que nada le debía a la entidad, algo que ésta reconoció.
Resúmenes
Además, precisó que había abonado puntualmente todos los resúmenes de cuenta de su tarjeta Visa y que la deuda reclamada se había originado en la cuenta MasterCard, por un error en el sistema del accionado, aunque nunca usó ese plástico.
“Resulta claro que el demandado causó un considerable daño moral al actor, pues le reclamó extrajudicialmente el pago de una deuda inexistente, lo que ya de por sí es suficiente para generar una afectación espiritual”, enfatizó la Alzada.
Además, reseñó que la situación llevó a que el reclamante fuera catalogado en el Veraz como deudor categoría 2 (con seguimiento especial-riesgo potencial) durante los meses de enero y febrero de 2013 y como deudor categoría 3 (con problemas) durante los meses de marzo, abril y mayo del mismo año, lo que implicó una grave afectación a su honor e identidad, que sin duda alguna llevaron a que pasara vergüenza.
En tanto, el tribunal detalló que, sumado a lo anterior, el banco bloqueó la cuenta Visa del actor, lo que produjo la caída del plan de pago en cuotas que había convenido al concretar una transacción comercial.
“Todo esto lleva sin dudas al padecimiento de importantes miedos y malestares, al advertir el actor que sus cuentas con el banco no funcionaban del modo previsto y que sus planes de compras se veían alterados sin razón justificada”, plasmó, acotando que a ello se sumó su “razonable” temor de perjudicar a sus seres queridos, como el caso de su hijo quien era garante frente a un plan para adquirir un automotor, por lo que la afectación del pago de las cuotas razonablemente pudo generar en el demandante la preocupación por una eventual ejecución contra aquél.
Afectación
“Se encuentra acreditado que el actor se vio en necesidad de efectuar molestas presentaciones y reclamos en las entidades involucradas sin lograr una solución rápida por parte de la entidad financiera que evitara mayores daños, lo que potencia la afectación espiritual ocasionada”, indicó la Cámara, señalando que otras entidades reconocieron haberle negado créditos en razón de su sus antecedentes negativos.