A 13 meses del cambio de gobierno, no hay grandes diferencias en la gestión, advirtieron. Dicen que se toman medidas que restringen la actividad y que no se los consulta antes, como sí lo hacía el gobierno anterior
Por Javier De Pascuale – [email protected]
Durante la última década surgió “una maraña de normas vinculadas con la exportación e importación que ha minado de infinita burocracia procedimental y discrecional” el comercio exterior argentino, “en pos de un falso criterio proteccionista y de criterios fiscalistas con fines estratégicos poco claros” y “con resultados nefastos” para el comercio fronteras afuera del país, recordó este martes en un durísimo comunicado la poderosa Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA).
“Todos vislumbrábamos un cambio hacia la integración con el mundo, con la facilitación del comercio como eje directriz; sin embargo, las confusas señales que dan los funcionarios de la cartera de Producción no dejan entrever cuál será el real destino del comercio en la Argentina”, advirtió la entidad que tiene su sede en avenida Belgrano, a sólo tres calles de la Casa Rosada, en la ciudad de Buenos Aires.
“El comercio exterior aún continúa esperando su oportunidad”, reza lacónico el más duro documento emitido por los importadores en 13 meses de gobierno de Mauricio Macri.
¿Por qué lo consideran de este modo? Porque el Ministerio de Producción impulsa medidas restrictivas al comercio -comúnmente llamadas “para-arancelarias”- que se ponen en evidencia con la reciente publicación de la resolución 404/2016 de la Secretaría de Comercio que, según consideraron, desconcierta al mundo empresarial que busca previsión y seguridad para invertir. Así lo afirmó Rubén García, líder de los importadores y firmante del documento.
La medida cuestionada refiere a la importación de productos textiles y calzado, que impone a los empresarios que traen esos productos la obligación de presentar una Declaración Jurada de Composición de Productos (DJCP), sobre la integración porcentual de las fibras y materiales constitutivos, más allá del etiquetado con que llegan al país, que viene con una certificación del país emisor.
La Secretaría de Comercio incluso habilita la participación del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) para corroborar, mediante análisis de laboratorio, esas certificaciones. A grandes rasgos, la medida del Ministerio de Producción rehabilita controles que se pusieron en marcha bajo la gestión del ex secretario del área, Guillermo Moreno, cuando se estableció el Sistema Integrado de Comercio (Sico).
Precisamente, la misma mención a éste en la resolución firmada por Miguel Braun, vigente desde comienzos del mes pasado, es lo que “levantó la temperatura” de los debates en la Comisión Directiva de la CIRA.
Para ésta, hay que dejar en claro que pocas cosas han cambiado en materia de sentido común y normativas eficientes y armonizadas desde el cambio de gobierno hace poco más de un año, denunciaron luego.
“¿Por qué si una licencia no automática tiene 180 de vigencia, una DJCP tiene 120 días solamente, conforme indica la resolución 404?”, se preguntan.
“¿Por qué si un producto viene analizado de origen, con certificaciones internacionales aceptadas en todo el mundo, realizadas por prestigiosos laboratorios, debemos encarecer el proceso de importación solicitando que intercedan otros organismos e institutos locales para que obligatoriamente vuelvan a realizar todos los ensayos, conforme también indica la resolución?”, agregan.
A modo de estocada final, García y los dirigentes importadores aseguraron que el gobierno de Cristina Fernández los trataba mejor. “¿Por qué las instituciones afectadas directamente no han sido consultadas para opinar sobre la misma, como sí sucedió oportunamente con la gestión anterior?”, declararon.
Según consideraron, semana tras semana se observa más evidencia de una permanente contradicción entre lo que se busca (mejorar los flujos de comercio) y lo que sucede en la práctica: más procesos, más burocracia y pocas reformas de fondo. “Todo lo cual sigue poniendo las empresas en una situación de aumento de costos permanentes”, advierten los importadores.
“En otras palabras, poco se ve de ‘Facilitación del Comercio’, concepto que no implica menos control o apertura desmedida de fronteras sino que es todo lo contrario: concentración del control sobre focos que así lo requieran y reingeniería de procesos para volver las operaciones de comercio exterior más competitivas”, precisaron.