A pesar de que la OMS recomienda, al menos, cinco controles durante el embarazo, en la realidad esto no sucede y muchas madres no se realizan ni uno, lo que causa -entre otras cosas- partos prematuros. Un neonatólogo cordobés ideó una prenda que controla la gravidez y envía la información al obstetra
Por Natalia Riva – [email protected]
El esacaso o nulo control durante el embarazo hace que surjan algunas problemáticas asociadas. La más habitual es el parto prematuro, en muchos casos evitables. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda, al menos, cinco controles a lo largo de la gestación, y la realidad indica que una gran porción de mujeres llega al parto sin chequeos previos. Esta situación sucede sobre todo en los sectores más vulnerables, que tienen dificultades de acceso a los centros de salud.
Para dar respuesta a esta situación, el neonatólogo y pediatra cordobés Martín Moya diseñó una remera inteligente para el control del embarazo. Se llama Beat2Beat y está provista de sensores y una placa con bluetooth que se conecta al teléfono y se comunica con el obstetra. Este desarrollo lo realizó junto a un equipo interdisciplinario de ingenieros en Biomedicina y analistas de Sistemas.
Información precisa
“Esta aplicación hace que la mamá, estando en su casa, tranquila, se coloque la remera con sensores y durante media hora se le hace un test de embarazo que ella misma puede chequear a través de su celular con una escala de colores -verde, amarillo y rojo- que le avisa si el bebé está bien o mal. Al mismo tiempo, esa información -más compleja y completa- es enviada vía wifi al obstetra, a quien le aparecen los detalles de lo que se está censando”, explicó Moya a Comercio y Justicia.
Concretamente, se toman los valores del bebé y de la mamá (a partir del tercer trimestre) a través de los sensores que tiene la remera y se analizan por separado y conjuntamente. El médico así puede tener de forma detallada la información relacionada con la fisiología del bebé y la mamá.
Según explica el profesional, a diferencia de la ecografía que la define como una “foto de lo que está pasando en el momento”, sin tener en cuenta los factores contextuales como si la mamá está alterada o cansada, esta app es una “película de lo que está pasando en el ambiente donde la madre está todos los días”.
Así, el obstetra recibe datos fisiológicos muy precisos: cómo está el corazón, cómo funciona el sistema nervioso, se determina cómo reacciona el bebé a las contracciones del útero y si las tolera o no, y hasta puede predecir si en días posterioers puede surgir alguna problemática, entre otras utilidades. Se trata de lo que se conoce mundialmente como nonstress test (o test de estrés) que se usa hace muchos años y al que ahora se le incorpora nueva tecnología.
Mercado y proyección
En este momento hay un prototipo funcionando, que está siendo testeado con mujeres embarazadas. Se está probando la sensibilidad de los sensores para captar de manera precisa la información que se requiere. “Tenemos que avanzar en ver de qué manera el algoritmo analiza esto. A partir de ahí, y para que continúe el testeo, probaremos la remera en mujeres con algunas patologías para determinar cómo responde”, dice el médico, al tiempo que agrega que aún “no hay nada parecido en el mercado”, por lo que prevé puede ser “muy revolucionario”.
Una vez probado y listo el producto, el mercado en el que proyecta insertar el producto es muy grande: toda América Latina. Aquí, según Moya, hay más de 600 millones de habitantes, con una tasa de natalidad de 17 por mil, lo que se traduce en una un promedio de 10 millones de embarazos por año. De ese total, 40% son emabarazdas primerizas o con algún problema (principal target), que significan unos 4 millones de embarazos al año en la región.
Venta directa y con intermedios
El médico cuenta que para conocer la respuesta de la remera, realizaron una encuesta con partes involucradas. De allí surgieron varias posibles vías de comercialización del producto: las instituciones privadas especializadas en maternidad; las obras sociales o prepagas para que se las ofrezcan a sus afiliados y así se eviten altos costos que implica, por ejemplo, el nacimiento de un bebé prematuro; organismos públicos – como los ministerios de Salud, que pueden proveer esta remera a las mujeres que lo necesiten-; y la venta directa a las madres embarazadas.
Para el desarrollo total de esta iniciativa, Moya necesita captar financiamiento tanto para solventar los gastos de capital de trabajo como de producción (la compra de sensores se hace a China). Hasta el momento se viene financiando con capital propio, y recientemente fue una de las iniciativas seleccionadas en Emprende Inndustria, del Ministerio de Industria, Comercio y Minería de la Provincia,y que tiene como finalidad fomentar la creación de emprendimientos industriales innovadores.
Con esto recibirá la suma de $360 mil, aunque lo que necesita para todo el desarrollo son unos $2 millones que, además de esta remera de control prenatal, también están otras prendas que posibilitan otros controles, como la de control respiratorio, ideal para maratonistas.
Este emprendimiento también fue seleccionado este año por la Incubadora de Empresas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), donde está siendo asistido.
Cómo funciona
– La aplicación hace que la mamá, estando en su casa, tranquila, se coloque la remera con sensores y durante media hora se le hace un test de embarazo que ella misma puede chequear a través de su celular y saber cómo está el bebé.
– Esa información -más compleja y completa- es enviada vía wifi al obstetra, a quien le aparecen los detalles de lo que se está censando: cómo está el corazón, cómo funciona el sistema nervioso, cómo reacciona el bebé a las contracciones del útero y si las tolera o no, entre otras cosas.
– Una vez probado y listo el producto, el mercado en el que se proyecta insertarlo es muy grande: toda América Latina. Hay más de 600 millones de habitantes, con una tasa de natalidad de 17 por mil, lo que se traduce en un promedio de 10 millones de embarazos por año.
– Este emprendimiento fue seleccionado este año por la Incubadora de Empresas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).