El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que el balance de pagos, que reúne tanto el dinero que ingresó como el que egresó por operaciones financieras, inversiones o por el comercio de bienes, cerró el segundo trimestre del año con un déficit de US$2.679 millones, por encima de la pérdida de US$2.083 millones registrada en igual período de 2015.
La dependencia nacional señaló que esas cifras son provisorias ya que están fuertemente influenciadas por los datos de la colocación de deuda que se realizó en abril pasado para cerrar el acuerdo con los fondos buitre.
Por eso, al cierre del segundo trimestre la deuda externa bruta, pública y privada, ascendió a US$188.286 millones, frente a los US$149.485 millones de igual lapso del año pasado.
El último dato refleja la incorporación de la deuda que estaba en cesación de pagos, de alrededor de US$21.000 millones, y también tiene en cuenta los títulos que están en manos del Estado y todavía no se han podido diferenciar.
La información reveló además que la deuda del sector público no financiero y del Banco Central de la República Argentina (BCRA) fue estimada en US$121.229 millones, de los cuales 54% corresponde a títulos públicos, 26,9% a préstamos de organismos internacionales y 8,1% a “atrasos”.
Por su parte, los préstamos de bancos comerciales y acreedores oficiales explican 5,4% y 5,5% del total de la deuda, respectivamente.
En cuanto a los movimientos de bienes, el saldo de la balanza comercial dio en el segundo trimestre un superávit de US$1.484 millones, que absorbió parcialmente un déficit de US$1.448 millones del intercambio de servicios, mientras que las rentas de inversión mostraron una pérdida de US$2.664 millones, junto a una caída de US$54 millones de transferencias corrientes.
Financiamiento externo
Por otro lado, el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, adelantó que el Gobierno saldrá a buscar el año que viene financiamiento en los mercados internacionales por US$10.000 millones y hasta un máximo de US$15.000 millones, por debajo de los US$16.000 millones que colocó en los primeros meses de este año para pagarles a los holdouts.