Discuten un plan director con planes de estudio flexibles para la carrera. Se piensa en una
instrucción básica integral que pueda articularse incluso con otras carreras de la universidad.
Carolina Klepp – [email protected]
La Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UNC se prepara para la normalización tras la reciente publicación oficial de su creación en el Boletín Oficial de la Nación. La ex “Escuelita de Ciencias de la Información (ECI)” transita un momento inédito que implica la discusión de un plan director para esta nueva etapa histórica en la vida académica.
Claudia Ardini, actual directora de la unidad académica, explica cómo encaran esta nueva etapa y reflexiona sobre el perfil de egresado de una facultad de más de 6.000 alumnos. De ellos, 1.800 iniciaron este año sus estudios (en sus trayectos de grado, locución y profesorado).
“La escuela ya venía trabajando en la discusión de sus planes de estudios, una revisión de toda la propuesta académica y la necesidad de profundizar y concluir en un nuevo planteo de los planes de estudio; porque no sólo está la licenciatura sino también las carreras a distancia, el profesorado, locución y posgrados. Hay que articular las propuestas de pregrado, grado y posgrado, y ver en qué es importante que la facultad brinde a los profesionales, egresados y docentes”, subraya.
– ¿Se piensa en modificar algo de la licenciatura con la facultarización?
– La discusión no se está realizando en soledad. La mayoría de las carreras de Comunicación que integran la RedCom (Red de carreras de Comunicación Social y Periodismo) están en proceso de discusión. Nosotros somos parte de la comisión directiva allí. La tendencia es a pensar que estamos en un escenario absolutamente inestable, donde no alcanzamos a afrontar todos los cambios que tiene nuestro campo disciplinar que se ha expandido, se ha diversificado enormemente. Se piensa en planes que sean absolutamente flexibles para que no queden desactualizados dentro de cinco años. Entendemos que la proyección de nuestro campo disciplinar es seguir siendo una opción de estudio dinámica, seguir expandiéndose hacia horizontes que incluso no podemos advertir totalmente en este momento. Fundamentalmente porque hay muchos cambios en los dispositivos tecnológicos que afectan a las nuevas formas de comunicación y de ejercicio del periodismo.
– ¿Esto podría generar una nueva orientación de la carrera que tenga que ver con nuevas tecnologías?
– No. No se está pensando en nuevas orientaciones sino en una formación básica integral, que está en discusión de todas maneras. También se piensa en que se pueda articular incluso con otras carreras, que tenga un formato más flexible, esto es una exigencia de la disciplina hoy. Es un campo que cada vez realiza más transversalidad que en ninguna otra disciplina. Hoy tenemos dos especializaciones, una con la Facultad de Lenguas, con quienes llevamos adelante una especialización sobre lenguajes digitales, y otra con la Facultad de Matemática, Astronomía y Física (Famaf) en periodismo científico y comunicación pública de la ciencia. La comunicación está atravesando todas las disciplinas. Es importante que el resto de las disciplinas puedan valerse de la comunicación para articular y trabajar conjuntamente. Esto es uno de los aspectos que se advirtió cuando se discutió la factibilidad de la Facultad: ver el trabajo realizado con otras facultades y cuáles estamos en condiciones de articular más con todas las facultades de la Universidad Nacional y de otras universidades.
– ¿Cuál es el perfil del egresado que se pretende hoy?
– Un comunicador que pueda transmitir acerca del mundo en el que vive. Estamos en un mundo altamente complejo, donde el comunicador y el periodista tiene que estar muy actualizado pero a la vez producir información que tenga sentido, y que no intoxique porque estamos saturados de noticias. Que construya información que sea significativa para los distintos sectores sociales. Eso requiere un enorme compromiso con la sociedad donde comunica. El comunicador es constructor social del sentido y en ese punto hay un desafío enorme en la formación. Vivimos en un mundo muy injusto, nadie puede mirar y hablar de la comunicación en abstracto o hablar de periodistas y comunicadores sin tener en cuenta las condiciones del ejercicio de la profesión. Hay condicionantes para su trabajo. Podrá no tener las herramientas para cambiar el mundo (sería muy utópico pensarlo) pero sí la conciencia.
Si no se parte de tener una conciencia de que se vive en un mundo donde lo que prima es la injusticia y, si no se tiene la conciencia de para qué y a quién sirve el trabajo que se realiza, la universidad y la facultad simplemente van a seguir siendo reproductores de un orden existente.
Y no lugares en los cuales se puedan modificar y habilitar condiciones más democráticas del ejercicio de la palabra y la comunicación.
En ese sentido, vemos que al rol del comunicador lo tenemos que pensar más que nunca como un actor con sentido de la transformación de la sociedad.
Hacia la normalización
– La normalización de la facultad va a llevar dos años. Habrá elecciones en mayo de 2018 y, en ese momento, se elegirá el nuevo decano. El decano normalizador será designado a propuesta del rector y del Consejo Superior.
– “Lo que debe prevalecer es el sentido de proyecto institucional que posibilitó la creación de la Facultad de Comunicación, por eso la insistencia en trabajar en un plan director que contenga todas las expectativas y trabajo de esta comunidad”, explicó Ardini.