Para noviembre de 2015 y con miras a las elecciones que ocurrieron este pasado domingo, el candidato favorito de los peruanos era César Acuña. El candidato del partido Alianza para el Progreso (APP) presentaba cifras de intenciones de voto muy alentadoras y superaba ampliamente a sus rivales.
En diciembre, los medios del Perú comenzaron a divulgar investigaciones en las que, tras un cotejo de su tesis doctoral con obras de otros autores antecesores, se podría observar la copia de párrafos e incluso de páginas completas sin la debida cita de autor. Rápidamente, la Universidad Complutense de Madrid abrió un sumario a los fines de revisar la obra de César Acuña y determinar si ésta resultaba absolutamente original, condición necesaria para su aprobación.
Posteriormente, unas semanas después de lo acontecido, se divulgó que uno de los libros que el exalcalde de Trujillo había publicado como suyo -Política educativa-, había sido publicada antes por un profesor que lo había guiado en una serie de investigaciones. Según las declaraciones del candidato, el profesor Otoniel Alvarado -posible autor originario de la obra- le había dado autorización para publicar la obra a su nombre, aunque aclaró que se trataba, en realidad, de un caso de coautoría. Ante estas afirmaciones un tanto confusas, el profesor Alvarado aclaró que no había otorgado autorización alguna al candidato de APP, ni siquiera de tipo verbal, como Acuña afirmaba había existido. En este entonces, el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) inició también las actuaciones administrativas vinculadas con estas acusaciones.
Como resultado de todo, la Compañía Peruana de Estudios de Mercado y Opinión Publica (CPI) difundió que para los días 8 y 9 de enero pasados, la figura de César Acuña había caído del primer puesto a un tercero, con una intención de voto 2,6% menor de la que tenía con anterioridad a la primera denuncia de plagio. Para el mes de febrero, el candidato continuaba con la misma intención de voto (12,6%), mientras que sus oponentes se seguían reacomodando, principalmente la hija del expresidente Fujimori.
El miércoles 17 de febrero, el representante del AAP compareció ante el Tribunal de Honor del Pacto Ético de la Justicia Electoral peruana para declarar en el marco de la investigación que se inició en su contra por el plagio de Política Educativa. Al salir de los juzgados, los medios volvieron a consultarle por su participación en la obra y el candidato manifestó que “lo del libro no es plagio, es copia”. Claramente, César Acuña quiso referirse a un tipo de obra derivada que como condición sine qua non debe ser autorizada; sin embargo, la opinión pública continuó en su contra y cada vez más incisiva en cuanto al análisis del plagio como una mentira que podría extenderse hacia todas las conductas políticas del candidato.
El domingo pasado, y aunque el escrutinio definitivo continúa, la candidata del partido Fuerza Popular, Keiko Fujimori, apareció como la candidata presidencial más votada. César Acuña, por su lado, ni siquiera pudo participar de la contienda dado que el pasado 10 de marzo la Justicia Electoral lo inhabilitó para ello, después de que se determinó que habría falseado -o por lo menos se encuentra cuestionada- la información y antecedentes que presentó en su currículum vitae de postulación a la carrera presidencial.
No queremos dejar de destacar que, más allá de la verdad o no de las acusaciones que se levantan contra César Acuña, Perú es uno de los países en Latinoamérica que conjuntamente con sus reconocidas políticas en áreas como conocimientos originarios y patentes verdes, se destaca por una profunda conciencia popular en materia de propiedad intelectual. Este caso es un ejemplo de ello, ya que ha demostrado la importancia que se le otorga a la búsqueda de la transparencia y honestidad en los dirigentes que encabezarán las más altas instituciones del país.
* Agente de la Propiedad Industrial. ** Abogada