La presión impositiva en la Argentina se asemeja a la de los países desarrollados, pero con una gran diferencia que radica en que la recaudación se sostiene sobre la base de "la profundización y creación de impuestos muy regresivos y distorsivos", advirtió un estudio privado difundido ayer.
"En la Argentina el sistema tributario conspira contra la producción, el empleo registrado y la redistribución progresiva del ingreso, en lugar de ser el mecanismo de financiamiento de un Estado moderno puesto al servicio del desarrollo social", cuestionó el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), en su informe semanal.
Los economistas del instituto calcularon que la presión impositiva global, esto es la acumulada por los tres niveles del Estado (nacional, provincial y municipal) supera los 31 puntos del producto nacional, similar a la registrada en países agroindustriales desarrollados como Canadá o Australia. El Gobierno anunció para noviembre un resultado financiero positivo en 2.300 millones de pesos, aunque para algunos sondeos privados el resultado acumulado a noviembre es negativo en 4.200 millones de pesos.
"Como tradicionalmente diciembre es un mes con resultado fiscal negativo -como consecuencia de tener que afrontar el aguinaldo de empleados públicos y jubilados, y los pagos pendientes acumulados con proveedores- 2009 va a terminar con fuerte déficit", proyectó Idesa, una consultora dirigida por el economista Jorge Colina, de fuerte visión crítica a la política desplegada por el Gobierno nacional.
Otro de los cuestionamientos de la organización radica en que en "el mundo desarrollado el déficit generalmente se plantea como una situación transitoria, para la que se cuenta con financiamiento voluntario y el respaldo de una eficiente organización del sector público, en particular, del sistema tributario".
Australia y Canadá, ejemplos
Como ejemplo, señaló que en Australia la presión impositiva es de 29,5 por ciento del PBI sostenida fundamentalmente por los impuestos a las ganancias y a la propiedad que representan 20 puntos.
En Canadá, la presión impositiva es de 34,8 por ciento del PBI y los impuestos a las ganancias y a la propiedad también aportan 20 puntos del PBI.
En tanto que en la Argentina, la presión impositiva es de 31,2 por ciento del PBI, pero los impuestos a las ganancias y a la propiedad recaudan apenas 6,6 puntos del PBI.
Según el estudio, es frecuente que la presión tributaria ronde entre los países avanzados un tercio del total del ingreso nacional, como en la Argentina, pero como lo muestran los casos de Australia y Canadá, que comparten con la Argentina el perfil agroindustrial, la mayor parte de esta recaudación es generada por el impuesto a las ganancias y a la propiedad.
"Es decir, impuestos progresivos -que ayudan a mejorar la distribución del ingreso- y no distorsivos -que no modifica las decisiones de producción de las empresas", concluyó el estudio.