ESCUCHARJorge Cáceres, presidente del Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba (CPPC), señala los principales efectos individuales y sociales de despidos y cesantías.
Por Luz Saint Phat – [email protected]
En estos días, la localidad de Unquillo es sólo uno de los municipios de la provincia de Córdoba y del país que anunciaron desde fines de diciembre despidos y cesantías de trabajadores. También se informaron retiros voluntarios y suspensiones en el sector privado.
La situación fue reflejada y comentada en distintos medios de comunicación, con gran importancia y relevancia de los contenidos creados por los mismos usuarios de la redes sociales.
En diálogo con Comercio y Justicia, Jorge Cáceres (foto), presidente del Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba (CPPC), señaló los principales efectos individuales y colectivos de esta problemática.
– Subjetivamente ¿qué consecuencias tiene para un individuo quedarse sin trabajo?
-La pérdida de trabajo para el individuo siempre es un conflicto, más allá del contexto social en el que esto ocurra. Claro que esto empeora ante una situación de suba de tarifas y de precios y de devaluación porque la situación es más compleja en lo económico. Ahora, en lo subjetivo, la pérdida laboral es devastante porque la angustia, la bronca y la depresión son síntomas generalmente esperables. Muchos trabajadores que son cesanteados se sienten culpables de la situación que atraviesan y socialmente se sienten estigmatizados.
– ¿Ha surgido en los consultorios el tema de la falta de empleo y la desocupación como problemática, incluso estando en vacaciones?
-Ya hay algunas consultas por este tema, pero todavía es muy temprano porque los despidos que se han dado a conocer en distintos puntos del país suceden en vacaciones. La consecuencia de tomar estas medidas en el mes de enero es tremenda porque encuentra desarticulados todos los resortes que pueda tener la gente para sostenerse. Siempre las salidas, los soportes, son colectivos, ya sean familiares, amigos o instituciones, como pueden ser los sindicatos, por ejemplo. Una persona que encuentra la mayoría de estas instancias debilitadas por las vacaciones sufre, además de la pérdida laboral, la angustia e incertidumbre de sentirse solo. Esto es perverso y es lo que ha sucedido en muchos lugares, como el caso de Unquillo, donde se aprovecharon estas fechas para enviar las notificaciones.
-¿Qué estrategias puede desarrollar una persona para sobrellevar el tema del desempleo en el contexto actual?
-Ante la pérdida de trabajo, las mejores estrategias son siempre colectivas. Hay que sostenerse e intentar rodearse de las redes afectivas, además de las institucionales. En la soledad es muy difícil tolerar esta situación que, usualmente, lleva a un estado depresivo bastante complejo o a una sensación de agobio o inseguridad, a un sentimiento de total desamparo.
– ¿Esta situación también puede afectar psiquicamente a quienes todavía poseen su fuente de trabajo?
– Sí, sobre todo si no hay ninguna situación de resistencia porque la sensación de muchos trabajadores es de incertidumbre. Naturalmente se piensa: “Esto también puede pasarme a mí”. Debemos tener en cuenta que son prácticas utilizadas también desde hace mucho tiempo para que surja el miedo y la inhibición y que la persona acepte cualquier condición con tal de preservar su fuente laboral.
-La psicología ¿qué aportes puede hacer para reflexionar sobre esta problemática y para contribuir con el desarrollo de distintas estrategias?
– Hay ramas de la psicología, como la organizacional o la laboral, que trabajan en estas situaciones para tratar de encausar, desde lo colectivo, estrategias de empoderamiento de derechos o de trabajo comunitario que contrarresten el sentimiento de soledad. Y desde el punto de vista clínico -individual o grupal- se puede trabajar con aquellas personas que necesitan de asistencia, porque a veces la situación ataca demasiado las subjetividades y los soportes y las redes que la persona posee no son suficientes.
-¿Cómo impacta en lo colectivo la problemática de la desocupación?
– Todas las modalidades de crear subjetividad que tiene cada época impacta no sólo en lo individual sino también en lo colectivo. Por ejemplo, en la época de los 90, el sentido común que se intentaba imponer era que todo debía solucionarse desde lo individual. El neoliberalismo trabajó sobre esto, destruyendo toda instancia de organización colectiva.
Por otro lado, en los últimos años se ha trabajado en empoderar a la ciudadanía con distintos resortes y eso creó un individuo activo que es partícipe de la construcción social.
En esta época todavía no podemos delinear el tipo de subjetividad que se está conformando, pero -a título personal- creo que se perfila retomar los paradigmas de la década del 90 en lo referente a las políticas sociales y también respecto de la idea de que el individuo, trabajando en sus capacidades, puede salir adelante en soledad. Esto trata de desmitificar la construcción colectiva y, claro, tiene consecuencias en la subjetividad de cada uno de los habitantes.
