Buscan lograr mejores condiciones comerciales y agilizar relaciones entre este tipo de organizaciones. El sector ya cuenta con 107 bocas de expendio en todo el país y busca expandirse.
El “antimodelo” del retail tiene en Argentina una expresión y una tradición contundentes. Desde El Hogar Obrero hasta la cadena Cooperativa Obrera, presente hoy en cinco provincias, los consumidores se han asociado entre sí para -evitando intermediaciones- bajar precios y para acercarse a los productores.
En ese camino, en los últimos años, Cooperativa Obrera, la cadena cooperativa que nació en Bahía Blanca y que hoy se extiende por provincias patagónicas, viene desarrollando alianzas varias con sectores productivos que permitieron incluso poner en marcha marcas propias, hoy presentes en sus más de cien sucursales.
Un paso más en ese sentido busca dar la Federación Argentina de Cooperativas de Consumo (FACC), que se apresta a poner en marcha una central de compras virtual para integrar la producción y el consumo.
La federación que agrupa todas las organizaciones del país con el mismo interés de acercar a productores y consumidores habilitará un portal con surtido, precios y condiciones de compra, para ser visitado por cada cooperativa o mutual que adhiera al sistema, y en el cual las cooperativas de trabajo o de producción tendrán la oportunidad de ofrecer sus productos.
Todas las condiciones (precios, forma de pago, lugares de entrega) serán pactadas por la Central de Compras FACC y se ofrecerán por igual a la totalidad de las cooperativas y/o mutuales participantes. Basará su accionar en transparencia, reglas simples y buena comunicación.
En esta etapa, la entidad -asociada a Cooperar- está avanzando en el diseño del sistema informático para que la central esté operativa en marzo de 2016. La iniciativa se concreta gracias al apoyo solidario de la Cooperativa Obrera, cuyo volumen de compras será la base del accionar comercial inicial de la Central de Compras. “Representará una efectiva integración económica entre las cooperativas de trabajadores y productores con las cooperativas y mutuales de consumo o con sección consumo”, afirmó el dirigente de la FACC Rubén Masón.
“Se denomina virtual porque se trata de una suerte de mercado electrónico a través del cual operarán oferentes y demandantes, a partir de las negociaciones que realizará la Central con los oferentes para decidir características y precios de los productos”, explicó.
Envergadura del sector
El Encuentro Intercooperativo en el que se presentó esta herramienta estuvo precedido por la presentación de una investigación sobre la situación actual y las perspectivas de desarrollo del cooperativismo de consumo en Argentina, realizada por docentes del Gabinete Cooperativo de la Universidad Nacional del Sur y profesionales de la FACC.
Uno de los datos más relevantes del estudio es que en Argentina hay 1.443.185 personas -hasta julio pasado- asociadas a cooperativas de consumo, que están presentes en 101 localidades de todo el país con 170 bocas de distribución, por lo que -según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec)- tienen una participación de mercado del supermercadismo de 4,07 por ciento.
Además de conocer la situación actual del cooperativismo de consumo en el país, la investigación también tuvo como objetivos observar los aportes de esas empresas en temas sociales, culturales y medioambientales; proponer acciones concretas para su fortalecimiento; evidenciar necesidades de capacitación así como generar propuestas; y detectar casos exitosos para replicar. “El cooperativismo de consumo es exitoso compitiendo con grandes cadenas de supermercados en ciudades mayores de 25.000 habitantes, y satisface necesidades en pequeñas poblaciones donde a los grandes no les interesó ir hasta el momento”, expuso el informe.
Se observan casos exitosos de vinculación cooperativa que han generado importantes sinergias, tanto para los asociados consumidores como para los asociados productores o trabajadores, según indicó la investigación, que ejemplificó con la acción especial de Productos y Servicios Cooperativos desarrollada por la Cooperativa Obrera.
“Uno de los factores determinantes para las altas barreras de entrada para ingresar al sector es la elevada inversión inicial que requiere la formación de una cooperativa de consumo con las exigencias actuales del sector, el cual está altamente concentrado y cada vez más globalizado. Es necesario fortalecer y desarrollar las cooperativas de consumo o con sección consumo existentes e incorporar la sección consumo en cooperativas de otros sectores ya en funcionamiento”, señaló al respecto. En esa materia, las cooperativas de consumo manifestaron su necesidad de capacitación con programas y actividades que respondan a su realidad.
“Las cooperativas realizan diversas acciones comerciales beneficiosas para sus asociados. Sería conveniente la generación de espacios de intercambio para compartir y potenciar estas experiencias”, sostuvo el informe.