Los gastos salariales son más altos en América Latina que en Asia y Europa Occidental. Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) advierte de que esta situación favorece el trabajo precario. Resultado del estudio denominado “Empleos para crecer”.
Los costos para formalizar a un trabajador, en América Latina, son demasiado elevados respecto a su productividad; en promedio, representan 39 por ciento de lo que producirá.
Este factor favorece el empleo precario. La conclusión se desprende del diagnóstico “Empleos para crecer” elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El estudio también advierte de la alta rotación laboral en la región: sólo dos tercios de los trabajadores permanecen más de un año en el mismo puesto de trabajo.
La publicación además concluye que una educación de baja calidad y la alta rotación descripta “propicia relaciones laborales muy frágiles, en las que las empresas no invierten lo suficiente en la formación continua de sus empleados. Así, se perpetúa un círculo vicioso de empleos de mala calidad y baja productividad del trabajo, del cual es difícil escapar”.
En América Latina y el Caribe, la productividad del trabajo sólo ha crecido 26 por ciento desde 1990, crecimiento lento respecto a zonas como Asia (85 por ciento), Norteamérica (37 por ciento) o Europa Occidental (31 por ciento).
Recomendaciones
El estudio concluye que la política laboral debe enfocarse en lograr una mayor productividad del trabajo. Para ello, recomienda adoptar políticas enfocadas en dos áreas. Por un lado, la promoción de empleos formales mediante más y mejor inversión en servicios públicos de empleo, mejores programas de capacitación para jóvenes y personas con dificultades para insertarse en el mercado laboral, mayor protección durante el desempleo y una fiscalización adecuada.
Por otro lado, mayor estabilidad laboral y productiva que se materialice en más inversión en formación del trabajador y una regulación efectiva de los despidos.