La iniciativa presentada por Argentina recibió un abrumador apoyo: 136 países. Sólo seis votaron en contra. El nuevo instrumento prevé nueve principios generales con el fin de ordenar los procesos de canjes de deudas soberanas. Contempla la reestructuración por mayoría.
La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó la resolución -no vinculante- propuesta por Argentina sobre reestructuración de deudas, que busca frenar el accionar de fondos buitres contra países que intenten lanzar canjes de sus obligaciones financieras.
La propuesta argentina obtuvo un total de 136 votos a favor, 41 abstenciones y 6 votos en contra: Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Alemania, Israel y Japón.
La resolución “Principios básicos de los procesos de reestructuración de deuda soberana” (ver aparte) recibió el apoyo mayoritario de países de América Latina, África y Asia.
El manifiesto apoyo de la ONU a la propuesta argentina, impulsada también por el Grupo de los 77 más China, suma así un nuevo respaldo internacional en su batalla judicial contra los fondos buitres.
La resolución busca regular la reestructuración de deuda soberana y evitar nuevas batallas judiciales, como la de Argentina contra los fondos especulativos, en otros países del mundo.
No obstante, el texto no menciona a Argentina ni a los fondos buitres, que compraron bonos en default a precio de remate para luego litigar ante la justicia y rechazaron los canjes de deuda de 2005 y 2010 -que fueron aceptados por 93% de los acreedores.
La resolución, redactada por un comité especial ad-hoc, fue presentada a votación por Sudáfrica luego de un año de negociaciones, desde septiembre de 2014, cuando se pidió a la ONU -también mediante la Asamblea General- que estableciera un marco para reforzar el sistema financiero mundial y evitar que los países endeudados padezcan situaciones como la de Argentina.
Celebración por cadena nacional
La presidenta Cristina Fernández hizo uso de la cadena nacional para celebrar la aprobación. En su mensaje subrayó que el resultado son “obra de todos los argentinos”.
La mandataria resaltó que “estos principios básicos van a regir la reestructuración de las deudas de los pueblos”.
Y airmó: “Muchas veces los gobiernos tienen como obligación principal responder a las necesidades de su pueblo. Pero en esta oportunidad Argentina no solamente ha ejercido su responsabilidad con los compatriotas sino que ha ejercido su responsabilidad solidaria con el resto de los pueblos”.
Destacó además que “no puede haber acreedores que cobren dos pesos y otros millones solamente porque especularon”.
“La mayoría absoluta, 136 países, apoyaron estos nueve principios básicos”, sostuvo la jefa de Estado, y resaltó el “reconocimiento de la soberanía de los Estados a formular sus políticas macroeconómicas y poder reestructurar sus deudas”.
Durante un contacto mantenido con la Presidenta, previo a su discurso, el ministro Axel Kicillof expresó desde Nueva York su satisfacción: “Estamos muy emocionados, muy felices”.
Kicillof destacó además que el proyecto fue apoyado “por una mayoría abrumadora”, y remarcó que el número de países que votaron en contra se redujo de a 11 a 6, en referencia a la votación del 9 de septiembre del año pasado cuando se creó la comisión especial que analizó el proyecto.
En tanto, el ministro de Economía destacó como “un principio central” y una “verdadera victoria” para Argentina el concepto de “reestructuración por mayoría” que se incorporó al conjunto de nueve principios aprobados hoy por la ONU para los procesos de reestructuración de deudas soberanas.
“Si una mayoría resuelve algo, no puede ninguna minoría obstaculizar, boicotear o sabotear una resolución”, explicó Kicillof, lo que entendió “favorece indudablemente no sólo a Argentina sino a todos los países, también a los desarrollados que están atravesando el proceso de crisis actual”.
Al hablar ante la Asamblea, Kicillof abogó por que la ONU proponga una modificación de las estructuras financieras internacionales y dijo que apunta a “lograr un mundo mejor y en paz, un mundo libre de buitres”.
Subrayó el funcionario: “Sabemos que muchos esperan que las cláusulas contractuales resuelvan la cuestión de las reestructuraciones de deuda soberana. Nosotros creemos en cambio que hay que modificar la estructura y la arquitectura financiera internacional”,.
Estabilidad, paz y derechos
Por su parte, el canciller Héctor Timerman aseguró que la resolución aprobada es a favor de la estabilidad económica, de la paz social y de los derechos de los pueblos.
“La deuda hoy en día genera violencia, inequidad, genera una situación en la cual los poderosos se aprovechan y logran grandes utilidades sobre los países menos desarrollados”, afirmó el canciller luego de la votación.
Hizo a su vez mención a la posición de algunos países que sostienen que la ONU no es el ámbito adecuado para tratar el tema, al afirmar que ella “es la única que a lo largo de toda la historia ha logrado resoluciones que han cambiado el sentido de la historia de la humanidad. Y lo lograron porque éste es un foro democrático donde todos los países soberanos tiene voz y voto”.
El titular del Palacio San Martín aseguró además, que la deuda soberana “es un derecho que tenemos los países para reestructurar y es una forma de poner límite a los piratas del siglo XXI que son los fondos buitre que, amparándose en la falta de una legislación global, han aprovechado y usufructuado sobre la pobreza de muchos”.
Los nueve puntos aprobados por la Asamblea
– 1. Un Estado soberano tiene derecho, en el ejercicio de su facultad discrecional, a elaborar sus políticas macroeconómicas, incluida la reestructuración de su deuda soberana, derecho que no debe verse frustrado ni obstaculizado por medidas abusivas. La reestructuración debe hacerse como último recurso, preservando desde el inicio los derechos de los acreedores.
– 2. El principio de que el deudor soberano y todos sus acreedores deben actuar de buena fe implica su participación en negociaciones constructivas de reestructuración de la deuda soberana y en otras etapas del proceso con el propósito de restablecer la sostenibilidad de la deuda y el servicio de la deuda de manera rápida y duradera y de obtener el apoyo de una masa crítica de acreedores mediante un diálogo constructivo acerca de las condiciones de la reestructuración.
– 3. El principio de la transparencia debe promoverse para aumentar la rendición de cuentas de los interesados, lo que puede lograrse compartiendo oportunamente tanto datos como procesos relacionados con la renegociación de la deuda soberana.
– 4. El principio de la imparcialidad exige que todas las instituciones y agentes involucrados en las reestructuraciones de la deuda soberana, incluso regionales, de conformidad con sus mandatos respectivos, sean independientes y se abstengan de ejercer toda influencia indebida en el proceso y en otros interesados o de realizar actos que generen conflictos de interés o corrupción o ambos.
– 5. El principio del trato equitativo impone a los Estados la obligación de abstenerse de discriminar arbitrariamente a los acreedores, a menos que la diferencia de trato esté justificada conforme a derecho, sea razonable y se corresponda con las características del crédito, garantice la igualdad entre los acreedores y sea examinada por todos los acreedores. Éstos tienen derecho a recibir el mismo trato en proporción con su crédito y con las características de éste. Ningún acreedor o grupo de acreedores debe ser excluido a priori del proceso de reestructuración de la deuda soberana.
– 6. El principio de la inmunidad soberana de jurisdicción y ejecución en materia de reestructuración de la deuda soberana es un derecho de los Estados ante los tribunales internos extranjeros, y las excepciones deberán interpretarse de manera restrictiva.
– 7. El principio de la legitimidad implica que, al establecer instituciones y realizar operaciones relacionadas con la reestructuración de la deuda soberana, se deben respetar, en todos los niveles, los requisitos de inclusión y el Estado de derecho. Los términos y condiciones de los contratos originales seguirán siendo válidos hasta que sean modificados mediante un acuerdo de reestructuración.
– 8. El principio de la sostenibilidad significa que las reestructuraciones de la deuda soberana deben realizarse de manera oportuna y eficiente y crear una situación de endeudamiento estable en el Estado deudor, preservando desde el inicio los derechos de los acreedores y a la vez promoviendo el crecimiento económico sostenido e inclusivo y el desarrollo sostenible, minimizando los costos económicos y sociales, garantizando la estabilidad del sistema financiero internacional y respetando los derechos humanos.
– 9. La reestructuración por mayoría implica que los acuerdos de reestructuración de la deuda soberana que sean aprobados por una mayoría cualificada de los acreedores de un Estado no se verán afectados, perjudicados u obstaculizados de otro modo por otros Estados o por una minoría no representativa de acreedores, que deben respetar las decisiones adoptadas por la mayoría de los acreedores. Debe alentarse a los Estados a que incluyan cláusulas de acción colectiva en sus emisiones de deuda soberana.