ESCUCHAREl máximo tribunal provincial dejó sin efecto la reducción de pena que habían impuesto los jueces Benjamín Sal Llargués y Horacio Piombo. La resolución de los magistrados derivó en la renuncia posterior de ambos a sus respectivos cargos.
La Corte Suprema de Justicia bonaerense reimplantó ayer la pena de seis años de prisión a un hombre acusado de abusar de un niño de seis años, cuya condena había sido reducida por dos jueces del Tribunal de Casación provincial por considerar que el nene “tenía una orientación sexual homosexual”.
En el fallo, el máximo tribunal modificó la decisión que habían adoptado los jueces Benjamín Sal Llargués y Horacio Piombo, que generó una polémica que terminó con la renuncia de ambos magistrados a sus cargos.
En mayo, el juez de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires Horacio Piombo defendió su fallo y sostuvo que las críticas recibidas eran “un tema político”.
“La víctima vivió la situación antes con otro victimario. Al no concurrir un agravante, sí, no le puedo decir otra cosa, el Código Penal es así”, señaló el magistrado al ser consultado con respecto a si efectivamente que el menor hubiera sido violado antes por su padre fue tomado como un atenuante a la hora de condenar al abusador.
Los jueces Piombo y Sal Llargués dispusieron la reducción de la pena argumentando que el niño tenía “una orientación sexual homosexual y estaba habituado” a los abusos, y “ya tiene su sexualidad definida”, por lo que consideraron que el delito “no fue tan ultrajante”.
Finalmente el imputado, dirigente del club Florida de Vicente López, Mario Tolosa, deberá cumplir seis años de prisión por el delito de “abuso sexual con acceso carnal” contra el niño de seis años que jugaba al fútbol en esa institución.
El caso
Mario Tolosa, un hombre que se desempeñaba como vicepresidente del Club Florida, abusó sexualmente de un niño de seis años el 6 de marzo de 2010 en la localidad del partido bonaerense de Vicente López. El dirigente pasó a buscar al niño para llevarlo a entrenar y, una vez en el campo de juego, llevó al menor a un baño y allí lo sometió sexualmente. Al regresar a su casa, el niño -identificado sólo con la inicial “G”-, le contó a su abuela lo sucedido. La abuela comprobó las lesiones y realizó la denuncia correspondiente.
