Jorge Cáceres, presidente del Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba (CPPC), reflexiona sobre las implicancias de estas normas sobre las prácticas profesionales y las problemáticas individuales y sociales.
Por Luz Saint Phat – [email protected]
¿Cómo aborda el nuevo Código Civil y Comercial la problemática de la salud mental en el país? ¿Qué implicancias tiene éste para los individuos y también para las comunidades terapéuticas y los profesionales del campo disciplinar?
Aunque la entrada en vigencia del nuevo código es aún reciente, Jorge Cáceres -presidente del Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba (CPPC)- reflexionó en diálogo con Comercio y Justicia sobre la importancia de estas transformaciones.
-¿Cuáles son los principales cambios para el campo de la salud mental que conlleva la entrada en vigencia del nuevo Código Civil y Comercial?
-El tema del nuevo Código Civil y su incidencia en la salud mental es todavía un debate en proceso. De momento, lo que estamos viendo es que las implicancias directas e indirectas son variadas. Por ejemplo, en relación con los temas discapacidad y peligrosidad de los pacientes. En todas estas cuestiones, el código se adecua a las nuevas leyes de salud mental. En este sentido, una persona con discapacidad deja de ser considerada incapaz permanentemente y también se modifica el tema de las curatelas y las internaciones. También significarán cambios para la salud metal las modificaciones propuestas por las normativas en relación con los divorcios, las adopciones y los matrimonios igualitarios. Esto, porque las distintas temáticas que hacen a la vida civil significan para el profesional encontrarse con nuevas situaciones en la clínica y en las consultas.
-¿El campo disciplinar en Córdoba está preparado para estos cambios que propone la nueva normativa?
-Creo que esto vamos a poder evaluarlo en el transcurso de los próximos meses. En este sentido, vamos a tener que ver cómo de a poco los profesionales van trabajando en las distintas problemáticas. En el accionar profesional específico, en la clínica, la situación en general no se modificará. Pero el nuevo Código Civil implica otras transformaciones en cuanto a la visión relativa al tratamiento de las personas. Entonces, en este marco, habrá profesionales que estén totalmente en condiciones de adoptar todas estas nuevas disposiciones desde el enfoque de derecho, y también otros que deberán recapacitarse.
-En este sentido y en cuanto a las necesidades de capacitación ¿cuáles son los principales desafíos que tiene el nuevo Código para los profesionales?
-Lo primero sería comenzar a trabajar una nueva visión en la cual ya no hay lugar para la concepción de una insanía total, ya que hoy existen diferentes posibilidades de trabajo con los individuos. También es necesario trabajar en no contribuir a la estigmatización de quienes sufren de algún tipo de padecimiento relacionado con lo mental. Igualmente, éstas son cuestiones que vienen elaborándose a partir de la sanción de las leyes de salud mental, y con la sanción del Código Civil continuamos en la misma línea. En algún punto, creo que también lo que se plantea es hasta una discusión filosófica. En este sentido, un ejemplo puede ser que ahora las personas pueden cambiar su nombre y/o utilizar indistintamente los apellidos del padre o de la madre. El nuevo código implica también la emergencia de nuevas subjetividades y esto será un proceso de estudio que se desarrollará en las distintas áreas de la psicología.
-Desde su mirada disciplinaria ¿considera positivo el camino de trabajo en salud mental que marcan las nuevas leyes y el Código Civil?
-Me parece que el camino que se está recorriendo es positivo. Un enfoque de derechos es siempre positivo, porque la comunidad puede posicionarse en otro lugar como sujeto activo en su propia vida. Creo que desde el campo de la psicología, una ciencia que estuvo siempre subrayando la necesidad de sacar a luz los secretos y de dar palabras a los silencios que complican a las personas, tenemos que avalar las modificaciones que suponen las nuevas normativas.