“Cuando nació el Instituto Nacional de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (Inecip), en el año 1989, se planteó el objetivo de alcanzar un sistema penal adecuado a la democracia. Y, en ese sentido, ahora que celebramos los 20 años, se avanzó mucho”, reconoció a Comercio y Justicia el titular del instituto en Córdoba, Sebastián Narvaja.
El abogado cordobés, quien tomó parte del 20º Congreso Binacional de Derecho Procesal Penal, desarrollado en Rosario durante la semana pasada con la presencia de más de 500 abogados de Argentina y Uruguay, resumió lo ocurrido en dicho evento:
“Este congreso fue muy satisfactorio por el nivel alcanzado, por la concurrencia y por las conclusiones a las que se arribó en cada comisión. Pero quedó en claro que hay que seguir trabajando, pues hace falta aún más para profundizar lo que se hizo en estas dos décadas”.
– ¿Cuál es el saldo que dejan los 20 años de trabajo de la institución?
– Podríamos hacer un largo relato de hechos y trabajos que se concretaron en 20 años, pero lo más sobresaliente fue el objetivo de adecuar el sistema penal a la democracia. Sobre este particular, aún seguimos construyendo, pues siempre necesitamos adecuarnos a los tiempos. Pero sí hay algo que podemos denominar como un paso fundamental que dimos con el Instituto y eso es haber trabajado para salir de una justicia penal escrita, para llegar a la que tenemos, mayoritariamente en todo el país, que es una justicia oral, transparente, ágil y democrática. Esto hoy es una realidad, salvo unos pocos casos, pero sobre los que se está trabajando.
– En el sistema penal, ¿todas las provincias están a la misma altura?
– Algunas provincias avanzaron más que otras, pero en líneas generales falta mucho, pese al esfuerzo que se está haciendo. Por caso, la más avanzada de todas es hoy -según creo- Chubut. En Córdoba algo se avanzó, pero todavía nos falta un tiempo de trabajo. Debe destacarse que este congreso se desarrolló en Rosario en apoyo del trabajo que los penalistas de allí están llevando adelante para dejar de lado el proceso penal escrito, tal como ocurre hoy, y avanzar definitivamente en la oralidad de los juicios.
– ¿Cuál es el motivo por el que en algunas provincias se avanza y en otras falta trabajar mucho?
– Hay provincias en donde se mantiene el viejo sistema de justicia escrita y cuesta mucho introducir cambios, pero eso no quiere decir que no se trabaje en busca de ese objetivo. Para que ello ocurra, deberá haber un cambio en las políticas públicas de esos estados provinciales y de ahí avanzar en la transformación de l sistema de justicia penal.
– Con relación a los países latinoamericanos, ¿cómo está Argentina?
– Argentina avanzó mucho, pero en el resto de Latinoamericana, más que nada en los países de habla hispana, se están dando pasos importantes en la transformación de la justicia penal. Por caso, en los últimos años se han concretado 35 procesos de reforma de la justicia penal en Latinoamérica. Existen, claro está, situaciones muy particulares y en las cuales los cambios aún no se registraron. Estos casos especiales son los de Uruguay y de algunos estados de México. De ahí también que en este 20º aniversario del instituto el congreso fue binacional, por la participación de referentes uruguayos que están trabajando para reformar el sistema penal en su país.
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