ESCUCHARLos estudiantes monitorean un digestor de pequeña escala que aprovecha el desecho animal y los restos de alimentos. Hacia fin de año pretenden armar un artefacto que permita reemplazar la energía necesaria para elaborar una comida diaria.
La Escuela Familiar Agraria (EFA) de Tuclame, localidad del departamento Cruz del Eje, avanza de la mano del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y del IPAF Región Pampeana, con el objetivo de obtener biogás por medio de dos biodigestores experimentales educativos.
“Estamos trabajando con este proyecto desde diciembre del año pasado, cuando hicimos el taller de armado de los dos digestores de pequeña escala. Ahora estamos en la instancia en la que se hace lo que se llama FOS-TAC, que es una prueba físico-química de laboratorio con la que los chicos aprenden a hacer el monitoreo de cada una de las reacciones que se van sucediendo en los biodigestores”, explicó a Comercio y Justicia Leandro Rueda, técnico de la Unidad de Extensión del INTI Cruz del Eje y tutor de esta experiencia educativa.
-¿De qué se trata esa prueba?
-Sucede que esta tecnología de los biodigestores como energía complementaria se está probando. Hay que desmitificar algunas cuestiones que tienen que ver con que si funciona o no, cuánto produce, porque por ahí se hacen experiencias y al momento que el biodigestor deja de generar energía se abandona porque no se sabe qué pasó. Eso se considera un fracaso, viene otro, empieza de cero y así… Con estas pruebas físico-químicas buscamos la manera de adelantarnos a ese posible colapso interno en el que las bacterias dejan de producir biogás adentro del digestor. Con estas pruebas uno puede entender qué es el lo que va sucediendo ahí dentro.
-¿Qué objetivo persiguen?
-Cuando el procedimiento esté probado y aprehendido, la idea es salir a promover los biodigestores entre las familias rurales. Queremos poder informar con solvencia sobre cuánto desperdicio de cabra conviene utilizar, cuántos desechos de cocina, en qué época del año una cosa más que la otra. También saber responder cuando las familias vean que sus biodigestores no están funcionando. Queremos que ellos puedan traer a la escuela una muestra del sustrato que genera, para que utilizando esta técnica se haga un chequeo y se pueda asesorar sobre qué es lo que se debe hacer para el correcto funcionamiento.
-¿El proyecto se lleva a cabo en una escuela técnica?
-Tiene orientación agrotécnica. Crían animales, hacen huerta, producen forraje, agregan valor, fabrican dulces, quesos, compuestos de yerba. Algunas de esas cosas las comercializan y otras las consumen las familias de los alumnos. Ya hicimos la experiencia del calefón solar y ahora queríamos sumar como energía alternativa complementaria la opción de generar biogás a partir de los desechos de animales y de los que genera la escuela.
-¿Qué costos aproximados tiene armar un biodigestor?
-Uno familiar necesitaría dos tanques de agua de 500 litros, más cañerías, codos, llaves, estimamos que alrededor de 2.500 pesos. El que tenemos ahora es de 30 litros y estamos armando uno de 200 litros. Ésos son los que estamos probando porque son más manejables para los chicos.
-¿Qué cantidad de gas produce o para abastecer qué cosa sirve?
-Estos de 30 litros generan entre 20 y 25 minutos de gas por semana. Es muy poquito. Cuando se pasa a uno de 200 litros, la relación se multiplica por 8 ó 10, más o menos. La idea es que con uno familiar de mil litros se puedan preparar alguna de las comidas diarias, es decir, o la cena, o el almuerzo, sin utilizar el gas de garrafa.
-Es decir que aún se está muy lejos de poder sustituir la garrafa…
-Sí, el petróleo y todos sus derivados siguen siendo imbatibles. Todos los esfuerzos científico-tecnológicos todavía están puestos en generar complementos -energía solar, eólica, hidráulica, biogás-. Pero la capacidad energética que tiene el petróleo es imbatible. Sí se sabe generar estos tipos de complementos que, mediante la reducción de desechos, se obtienen por un lado el biogás y por otro un biofertilizante.
-¿Qué plazos manejan para terminar con la experimentación?
-La semana que viene empezamos a armar dos biodigestores de 200 litros. La idea es monitorearlos dos o tres meses y si está todo bien, a fin de año nos gustaría estar armando el de mil litros. Si ése funciona, a mediados del año que viene ya tendríamos información para proponerles a las familias de la zona, la que pueda, comenzar a probar uno en su propia casa.
Finalmente, Leandro Rueda explicó que esta actividad ocurre “en el marco del trabajo conjunto con escuelas técnicas orientadas a la agricultura familiar, con mucho compromiso por defender la cultura y los territorios, y buscando aportar soluciones para la gente de esta región, que tiene muchas necesidades”.
