ESCUCHAREl candidato a gobernador por Unión por Córdoba (UPC), Juan Schiaretti, extenderá la gestión privada para el cobro de impuestos y tasas en la provincia.
El dato fue admitido a Comercio y Justicia por fuentes cercanas al postulante y ex gobernador.
“La idea es volver a licitar el servicio una vez que venza el contrato con Kolektor”, señaló una fuente próxima a Schiaretti.
Para el equipo que acompaña al candidato, la gestión privada en Rentas fue “efectiva”, por lo que se mantendrá ese esquema más allá de 2017, año en el que vence el contrato ya renegociado y extendido con Kolektor.
En rigor, la incorporación de un privado en Rentas se produjo a poco de asumir el gobernador José Manuel de la Sota en 1999 por medio de la empresa Tecsa, una UTE que en esa instancia se adjudicó el servicio de colaboración para el recupero de deuda de Rentas a cambio del cobro de una comisión. Aquel contrato incluyó la gestión de un anticipo financiero por 150 millones de dólares por parte del Credit Suisse First Boston, junto con la puesta en marcha de una amplia moratoria impositiva.
En 2005, tras una nueva licitación, el negocio fue adjudicado a Kolektor, una sociedad conformada por la firma Servicios y Consultoría SA (SYC) y la Compañía de Gestión, Administración y Fiscalización SA (CGAF).
Ese contrato suscripto ya durante la segunda gestión de De la Sota incluyó también la posibilidad de colaboración en la gestión de vencimientos corrientes y también de otras acreencias de Rentas, entre ellas las multas que labra la Policía Caminera, aunque recién desde 2008.
Tiempo después el contrato fue prorrogado hasta 2017, fecha que ya no se modificó.
El vínculo con la compañía, que opera el negocio desde 2005, cuestionado en una primera instancia, volvió al centro de la escena el año pasado luego de que se difundió una serie de cámaras ocultas en las que aparecía el titular de la firma, Hermann Karsten, ofreciendo información al periodista Tomás Méndez, supuestamente a cambio de no relacionar a De la Sota con la empresa constructora Britos, que luego se conoció era propiedad de Horacio Miró, Walter Poplawski y el propio Mauro Britos.
La controversia, que derivó en denuncias judiciales, precipitó la salida de Karsten de Kolektor. El contrato con la firma vencerá en dos años.
