Daniela Sciacca, directora de Item Construcciones, de Córdoba, destaca el papel de la mujer en la construcción. Asegura que tiene mayor apertura a los cambios, lo que favorece la gestión del proyecto desde su concepción hasta su comercialización. Desde que las tareas del hogar se comparten con los hombres, la mujer destina más tiempo al trabajo y a su formación. Valora la intuición y la capacidad de trabajo de las mujeres que ocupan puestos estratégicos.
Por Laura Pantoja – [email protected]
Según una investigación de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (Uocra), el porcentaje de mujeres presentes en obra en Argentina es menor a 5%.
No obstante, en puestos estratégicos, técnicos y administrativos de empresas vinculadas con la construcción, sí se observa una mayor incidencia.
Al respecto y en el marco del Mes de la Mujer, El Inversor y la Construcción entrevistó a Daniela Sciacca, directora de Item Construcciones, empresa referente y tradicional de la ciudad de Córdoba, quien relató su desarrollo como mujer en el sector y las conquistas de espacios que antes eran netamente masculinos.
-¿Cómo y por qué se acercó al sector de la construcción?
– En realidad desde muy pequeña vivo inmersa en este sector por mi padre, quien junto a un grupo de amigos fundaron la empresa (Item Construcciones SA). Siempre hablábamos al respecto, nos contaba de las obras y proyectos, las visitábamos y eso hizo crecer en mí la pasión por la construcción, tanto que estudié varios años ingeniería hasta que descubrí que lo mío estaba en la administración, por lo cual terminé mi carrera en la Facultad de Ciencias Económicas, en el 2005, cuando me incorporé a trabajar en la empresa. En ingeniería éramos muy pocas en mi época pero en realidad esto nunca me preocupó. Cuando me recibí empecé a trabajar en la empresa con mi padre y sus socios, ya formamos parte de la segunda generación y soy la única mujer. Nunca sentí que esto interfiriera en mi trabajo, mi preocupación siempre es mi desarrollo profesional constante para poder colaborar con el crecimiento de la empresa.
– ¿Cuál es el core business de la empresa?
– Item Construcciones es una empresa constructora radicada en la p rovincia, que nace de un grupo formado por cinco amigos (actualmente son tres los socios), entre los que se encontraba mi padre, en marzo de 1970. La firma se dedica a la construcción de viviendas, líneas de transmisión de alta tensión y estaciones transformadoras, redes de distribución de electricidad, gas, agua, cloacas, telecomunicaciones y obras de infraestructura vial e hidráulica.
– ¿Se había imaginado años atrás que ingresaría a un sector históricamente liderado por hombres?
-Creo que es básicamente lo que ya mencioné en la pregunta anterior, el disparador fue siempre continuar con el emprendimiento de la familia, nunca vi el sector como impedimento sino como desafío. Tuve una experiencia maravillosa como coordinadora de la Comisión de Integración en la Cámara de la Construcción, esto me enriqueció profesional y personalmente, me apasionó integrar un grupo gremial empresarial y poder trabajar para el desarrollo del conjunto. Nunca me planteé el tema de un sector masculino o femenino, involucrarme en él fue algo natural que se fue dando desde muy joven.
– ¿Cree que en su carrera profesional la cuestión de género ha incidido?
-Quizás no sea una carrera elegida por muchas mujeres pero cada vez veo más mujeres trabajando e involucrándose, se observa en la Cámara de la Construcción y en los distintos espacios relacionados con el sector.
– En éste ¿hay diferencias concretas de salarios entre hombres y mujeres?
-Sí, en general se nota. Si comparamos los mismos puestos y responsabilidades, todavía el salario es -en algunos casos- 20% inferior al de los hombres, según pude constatar en el mercado. Además, el tema de las licencias pone a las empresas en la posición de cubrir el puesto, lo que implica no sólo un costo sino que afecta el desarrollo de las tareas.
– Entonces, a la hora de contratar a personas ¿se prefiere a hombres que a mujeres, potenciales de quedar embarazadas?
-Le cuento por experiencia: nosotros tenemos bastantes mujeres trabajando pero porque en las entrevistas han demostrado estar más capacitadas; de lo contrario, para ser honestos, sí es un factor que se evalúa.
– ¿Cuántas mujeres están trabajando en la empresa?
-De un total de cien, 20 son mujeres que trabajan en las áreas técnicas y administrativas. En la obra no hay mujeres, es un área complicada para su inclusión.
– ¿Qué cree que aporta al sector la mirada femenina; cuál es su gran diferencial?
-Creo que la mujer puede aportar una mirada propia al sector ya que posee estilos y maneras diferentes de realizar las tareas; considero que en algunos aspectos la mujer es más sensible, minuciosa y más abierta a los cambios, lo que favorece la gestión de desarrollos, desde la concepción del proyecto hasta su comercialización.
– ¿Cómo se desarrolla el liderazgo femenino y de qué se diferencia del masculino? ¿Cuál ha sido su propia experiencia?
-Las mujeres en general somos más intuitivas, con gran capacidad de trabajo y dispuestas a recibir capacitación. Hay muchas mujeres en puestos estratégicos en las empresas, en política y en el ámbito institucional. En mi experiencia tengo un grupo de trabajo excelente, formado por hombres y mujeres, que me ayuda a alcanzar los objetivos propuestos. En ese sentido, valoro a las personas por su capacidad de empoderarse en sus puestos, de ser proactivos y trabajar en equipo.
-Las carreras se han feminizado, hay más estudiantes mujeres que varones en la universidad. ¿Cómo se vive esto una vez que se va al plano laboral?
-Sí, es cierto que cada vez hay más postulantes mujeres y que cada vez hay más mujeres dispuestas a capacitarse, no sólo en el país sino en el resto del mundo. Por otro lado, en el caso de las mujeres con familia propia, ahora comparten tareas con los hombres, lo que les permite poseer más tiempo para el trabajo y formación.
– ¿Está interesada en que se sumen más mujeres a este ámbito?
-Siempre es positivo que se sumen mujeres en el sector porque pueden aportar nuevos enfoques para el desarrollo. En la empresa contamos con un buen número de colaboradoras, pero donde más veo el cambio, donde día a día se van sumando más mujeres -como reflejo de la mayor participación de la mujer en el sector- es en la Cámara de la Construcción. Este aspecto me gustaría agradecer a la dirigencia de la delegación por apoyarnos en los proyectos en los que estamos trabajando para el sector en general.
– Algo puntual: ¿cuál cree que ha sido su principal aporte a la empresa en la que está trabajando, desde su rol y mirada femenina?
– El directorio de la empresa, salvo por mi persona, está formado por hombres, por lo que tuvimos que amoldarnos y aprender a compartir los temas y aceptar distintos puntos de vista. Sucede que en tiempos anteriores, en este tipo de organizaciones se dificultaba incluir a mujeres a la dinámica propia de la empresa. Teniendo en cuenta esto, creo en la generación de confianza que sucede entre las personas con las que trabajo, con quienes podemos hacer un feedback para la solución de los problemas y generar las condiciones para el desarrollo personal y profesional del equipo sin importar el sexo. Entiendo también que nuestro perfil femenino nos dota de una cierta sensibilidad que nos conduce a actuar en espacios sociales. Es así que estoy trabajando en temas de RSE (responsabilidad social empresarial) mediante distintos proyectos, entre los que se encuentran las mentorías en escuelas, una gran ayuda para mejorar la educación, que nos ayuda a crecer como individuos y como sociedad.
Estadísticas
Según una investigación de la Uocra, se estima que, en Argentina, el porcentaje de mujeres presentes en obra es menor a 5%. Se trata de oficios como albañiles, electricistas, gruístas, gasistas, plomeros, contratistas; parece que hay oficios monopolizados por el género masculino.
No obstante, cabe destacar que la organización presentó un proyecto, en Viedma, para promover la igualdad y participación de mujeres. La idea es que las empresas constructoras que realizan obras públicas en esa ciudad tengan la obligación de contratar operarias para las tareas de construcción. También, en la iniciativa hay cursos de capacitación ofrecidos por la misma Uocra.
Por otro lado, Autopistas Urbanas SA (AUSA) también trabaja en pos de la representación de las mujeres en la construcción a partir de su campaña “Construyendo Igualdad”. El muy antiguo cartel “Precaución. Hombres trabajando” fue modificado por “Precaución. Hombres y mujeres trabajando”. La iniciativa busca alentar la inclusión femenina y visibilizar su labor, que por años estuvo oculta. La campaña va en búsqueda de la concientización en el ámbito nacional. Si bien muchos pueden pensar que es tan sólo un cartel, el mensaje es contundente.
Sin embargo, en el exterior, el avance de la mujer en el sector es más acelerado, según el portal Plataforma Arquitectura.
En Bolivia, la presencia femenina va creciendo y, según la fundación Red Hábitat, se estima que su participación es de 30% en trabajos de albañilería y pintura. En cuanto a la remuneración, si bien realizan las mismas tareas que los hombres, es menor. Esto, sumado a situaciones de discriminación y acoso laboral, han sido los motivos por los cuales las trabajadoras bolivianas formaron la Asociación de Mujeres Constructoras (Asomuc), que trabaja en defensa de la igualdad de oportunidades, salarios equitativos y empleos con seguro a corto y largo plazos.
Por el contrario, en Chile, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas, la participación de las mujeres en la construcción era de 6,5% en 2014.
También con bajo porcentaje de participación se encuentra México, 4% aproximadamente, según informa un estudio de Elizabeth Brito, especialista ambiental que trabaja en el Banco Interamericano de Desarrollo. A partir de programas como Mujeres en la Construcción se busca elevar la participación mediante la capacitación de cerca de 30 mil mexicanas.
En cuanto a Perú, se estima que 31% del alumnado de la Escuela Superior Técnica del Servicio Nacional de Capacitación para la Industria de la Construcción (Senico) corresponde a mujeres. Sin embargo, según el Ministerio de Trabajo y Promoción de Empleo, en Perú la participación femenina en la construcción es de 15%.
“El directorio de la empresa, salvo por mi persona, está formado por hombres, por lo que tuvimos que amoldarnos y aprender a compartir los temas y aceptar distintos puntos de vista. Sucede que en tiempos anteriores, en este tipo de organizaciones se dificultaba incluir a mujeres a la dinámica propia de la empresa. Teniendo en cuenta esto, creo en la generación de confianza que sucede entre las personas con las que trabajo, con quienes podemos hacer un feedback para la solución de los problemas, generar las condiciones para el desarrollo personal y profesional del equipo sin importar el sexo”.
“Si comparamos los mismos puestos y responsabilidades, todavía el salario es -en algunos casos- 20% inferior al de los hombres, según pude constatar en el mercado. Además, el tema de las licencias por maternidad pone a las empresas en la posición de cubrir el puesto, lo que implica no sólo un costo sino que afecta el desarrollo de las tareas”.