Invitado por la Cacec para disertar sobre la coyuntura económica y las expectativas de cara a 2016, el consultor desestimó la posibilidad de que durante 2015 haya pérdida de empleos. “El ajuste ya se hizo el año pasado”, aseguró.
Invitado por la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba (Cacec) para analizar diferentes aspectos de la coyuntura económica y exponer sobre las perspectivas de cara al cambio de gobierno, Dante Sica, director de la consultora Abeceb.com, desestimó la posibilidad de que la actual recesión y el impacto de la situación económica que atraviesa Brasil generen nuevas pérdidas de puestos de trabajo. En diálogo con Comercio y Justicia, adelantó además que la inflación no crecerá durante este año sino que, por el contrario, bajará.
-¿Cómo analiza el nivel de actividad y el impacto que tendrá Brasil en el empleo argentino?
-El más afectado seguramente será el sector automotor, que en su previsión contaba con un Brasil en mejores condiciones. Sin embargo, no creo que esto genere pérdidas de empleo. Sí suspensiones y que no haya más horas extras, en especial en algunas terminales que son muy dependientes del mercado brasileño. El ajuste de producción del año pasado fue muy fuerte, por ende, el ajuste de empleo también se hizo el año pasado.
-En las paritarias del año pasado se negoció sostener el empleo…
-Exacto. Las paritarias de este año son para recuperar el nivel del poder del salario. Ya no formará parte de la negociación el mantenimiento del nivel de empleo. Porque hoy los trabajadores perciben que el empleo está estable respecto del año pasado. En 2014 había empresas que estaban trabajando en dos y tres turnos, y bajaron. Entonces se dieron suspensiones primero, como para poder ver cómo se acomodaban a la producción, y después vinieron los despidos. Este año las empresas que están trabajando en dos turnos se quedarán así porque ya se ajustó la producción para las respectivas plantillas de empleo. Incluso eso es lo que percibe el trabajador. En enero del año pasado, siete de cada 10 trabajadores tenían miedo de perder el trabajo, hoy son sólo dos de cada 10. El ajuste fuerte se hizo el año pasado.
-¿Cómo serán las paritarias?
-Está claro que este año van a cerrar en el orden de 30%. Hay que acordarse de que el año pasado los trabajadores perdieron poder adquisitivo porque cerraron por debajo de la inflación en función de que el principal componente de la negociación fue preservar el empleo. Entonces, este año lo que harán será negociar por sobre los índices de inflación para recuperar parte de lo perdido. Ahora el problema no es lo que piden los trabajadores; el problema es la inflación.
-¿Ese tema estará en la agenda del gobierno que viene?
-Pensando en lo que viene, hace falta un programa que tienda a estabilizar la macroeconomía, es decir, que incluya las políticas fiscal, monetaria y cambiaria. Después hay que trabajar en los temas que tienen que ver con recuperar la fuente de expansión, principalmente la inversión, y para ello lo que tiene que haber son las reglas de juego claras, estables y menos discrecionales.
-¿Hay que eliminar subsidios?
-Cuando uno habla de subsidios debe separar las cosas porque si no se mete todo en la misma bolsa y no es lo mismo. Hay subsidios que debemos preservar. Nadie está en contra de la Asignación Universal por Hijo (AUH). Es un buen programa de ayuda social que mejora la calidad de vida no sólo de la gente que lo recibe sino de todos nosotros. Hay un paquete de subsidios, que más que subsidios deberíamos llamarlos inversión social, que creo que no está en discusión. A su vez, no es el monto lo que debemos discutir sino, a lo mejor, las distorsiones que generan. Digo porque he escuchado a muchos empresarios, en especial pyme, que se quejan porque no consiguen trabajadores que quieran trabajar porque si los ponen en blanco pierden la ayuda social. Creo que en todo caso hay que sacar a la luz estas cosas y buscarles la vuelta. Hoy Argentina tiene un déficit de cinco puntos del PIB y hay un subsidio que se está dando a todo el país, el de la energía eléctrica, que representa casi cuatro puntos del PIB. Entonces, 90% de los subsidios que tenemos es para que tengamos luz barata, y no es que están destinados a los sectores pobres, o al empresariado para que pueda producir más y ser competitivos. Hay que tener en cuenta que hay sectores que hoy pagan de luz menos que lo que pagan de cable, y eso no puede ser. Creo que hay que sostener el subsidio sólo para sectores muy focalizados, y dárselo a la gente tal y como se hace ahora con el plan de las garrafas. Se viene una discusión, pero no en términos de que haya que cortar algunos planes, sino para buscar la forma de potenciar el gasto para volverlo eficiente desde el punto de vista social.
-¿Cómo ve a Brasil?
-Brasil tiene hoy la tormenta perfecta. Problemas económicos, problemas políticos, problemas de corrupción y un problema hídrico que ocasiona inconvenientes energéticos. Por fuera de todo ello, es claro que Brasil tiene el mismo inconveniente que Argentina y la mayoría de los socios comerciales que es la pérdida de la competitividad de su economía. No podemos seguir teniendo ese nivel de pérdida de competitividad, porque nos impide crecer. Ése es el principal tema, creo, que determinará la agenda de los próximos 10 años, con un Brasil que esperemos que se equilibre y una Argentina que debe ver bien lo que hace Brasil para no pasar por lo mismo.