Investigadores cordobeses identificaron y analizaron el impacto y las modificaciones que ocasiona la ausencia del juego simbólico. El estudio determinó que con los medios de comunicación y la tecnología los niños pasan a ser consumidores-clientes. Crecen inmersos en un marco tecnológico y evidencian “una cuestión de género” referida a que “los varones prefieren las tecnologías más que las nenas”.
La actividad pasiva de los niños frente a la pantalla, su carencia de producción simbólica propia y espontánea, la falta de autonomía y las dificultades en la creación de estrategias para resolver situaciones motivaron a un equipo de pedagogos e investigadores de la Universidad Nacional de Villa María a analizar las “nuevas miradas sobre el juego y los juguetes en la infancia y su incidencia en el aprendizaje”.
El equipo planteó que esta realidad repercute en forma directa sobre el desarrollo de la inteligencia, la producción simbólica, el nivel de atención y pensamiento y la posibilidad de crear e imaginar. Asimismo, sostuvieron que la tecnología irrumpe como mandat cultural en la vida de los niños y en su actividad lúdica.
Las principales hipótesis
Entre sus hipótesis sostuvieron que la realización de múltiples actividades cotidianas, sumada a la influencia de la televisión y las imposiciones del mercado, configuran un juego guionado que tiene como objetivo aquello que delimita un determinado personaje, ya sean princesas o superhéroes. “De esta forma se pierde el juego del ‘como si’, el juego dramático basado en recrear el juguete y jugar a armar historias o ficciones”, indicó Fernanda Talei, integrante del equipo.
Los investigadores resaltaron, además, el valor que tiene que los padres otorguen espacios libres de juego a los niños desde la primera infancia, dejen tiempo a los chicos para “aburrirse y, de este modo, armar sus propias actividades a partir del juego”, lo que enseña a resolver situaciones de conflicto y a mantener una interacción directa.
Esta línea de investigación forma parte de la segunda etapa de un proyecto iniciado en 2010, que abordó el estudio de las connotaciones socioculturales, psicopedagógicas y psicológicas del concepto de infancia. Las conclusiones de ese análisis determinaron que los medios de comunicación y la tecnología “inciden en las nuevas identidades y transforman al niño en consumidor”. Además, el estudio hizo hincapié en las representaciones que los educadores poseen sobre los niños.
“Nuestros conceptos teóricos tienen que ver con la modificación que sufre el juego libre y dramático”, explicitó Talei. Según ella, desde hace poco más de una década los niños crecen inmersos en un marco tecnológico, teniendo acceso a distintos dispositivos en el ámbito público o privado. En tal sentido, en la mayoría de los casos abordados se evidenció “una cuestión de género referida a que los varones prefieren más que las nenas los juegos tecnológicos”.
El juego con la pantalla, sea celular o computadora, “capitaliza sus vidas en desmedro del juego con juguetes reales”. De esta manera, la investigación establece que “los niños pasan a ser consumidores-clientes y se pierde la posibilidad de que puedan armar una ficción para recrear una historia que incentive su imaginación, les sirva para tolerar la frustración y resolver situaciones conflictivas”.
De acuerdo con los datos plasmados en la primera etapa de la investigación, pudieron detectar que los padres aceptan de manera pasiva los intereses de los infantes, influenciados, en su mayoría, por la publicidad televisiva. “Los padres también ofrecen juegos didácticos pero sólo con valor pedagógico. A veces les parece que si el niño está jugando con algo que no tiene una enseñanza directa o un juguete tecnológico, no está aprendiendo, hecho que no es así”, resaltó.
Sobre la muestra
Durante la primera etapa el estudio se trabajó con una muestra compuesta por niños de 3 a 8 años de la ciudad de Villa María, pertenecientes a las clases media y alta. En este sentido, se documentó el significado de ser niños y en definir qué es para ellos el concepto de infancia.
“Es complejo que puedan hablar de sí mismos, pero a través de dibujos y juegos pudo establecerse que lo que más les interesa es la tecnología, hecho que sirvió para trabajar y corroborar la hipótesis de que el mercado brinda este tipo de ofertas en desmedro del juego simbólico”, reflexionó la investigadora.
La recolección de datos incluyó, además, la realización de entrevistas a 40 padres, a quienes se indagó sobre los modos de juego de sus hijos y la utilización del tiempo libre. La muestra se completó con el testimonio de personal de jugueterías de la ciudad con el fin de consultar qué ofrecen a los padres y qué tipo de productos finalmente se comercializan.
El análisis de la información recabada indicó que el ranking de juguetes más vendidos se encuentra encabezado por los que aparecen en tandas publicitarias televisivas, y que alcanzan mayores niveles de ventas aquellos de marcas reconocidas. Por otro lado, se observó que los juegos tradicionales no se han perdido del todo, aunque los niños se aburren rápidamente de éstos.
El equipo de investigación está integrado por Mercedes Civarolo, Susana Amblard, Fernanda Talei, Ana Galimberti, Angélica Fuentes, Mónica Pérez y Cristina Gonzalo Canavoso.