Un informe de PwC a escala global revela la manera en que evolucionará el mundo laboral y describe cómo la tecnología está afectando las horas tradicionales de trabajo. Así, casi 60% de los empleados está dispuesto a permanecer conectado todo el día, a cambio de un empleo seguro. Este porcentaje aumenta en los miembros de la llamada Generación Y.
Los vertiginosos cambios que están ocurriendo en los modelos de negocio tradicionales debido a la globalización y a las nuevas tecnologías, entre otros factores, están modificando las relaciones laborales y el rol del área de Recursos Humanos.
El informe El futuro del trabajo. Un viaje hacia 2022, realizado por PwC a partir de encuestas a 10 mil empleados y 500 profesionales de RRHH a escala global, revela cómo evolucionará el mundo laboral en los próximos años.
El estudio indica que dos de cada tres encuestados ve en el futuro laboral un mundo lleno de posibilidades en el cual podrán alcanzar el éxito.
En este marco, la tecnología es considerada por 53% de ellos como el principal factor que transformará el trabajo durante los próximos cinco a diez años, por delante de los cambios demográficos, de la economía y de la disponibilidad de recursos.
Posiciones encontradas
El informe de PwC indica que la tecnología está afectando las horas tradicionales de trabajo.
Si bien para algunos la posibilidad de estar disponible a toda hora es un sinónimo de flexibilidad, para otros corroe el equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Más de la mitad (59%) de los empleados está dispuesta a estar conectado en cualquier momento a cambio de un empleo seguro, lo que se eleva a casi a dos tercios (64%) en la Generación Y.
Por otro lado, se espera que en breve las empresas puedan empezar a usar datos personales de sus empleados (con permiso de éstos), a partir de su actividad online, para anticipar y medir problemas de performance y retención, del mismo modo en que ya lo hacen los anunciantes para personalizar sus mensajes.
Así se manifestó más de 30% de los encuestados, y se estima que este número aumentará durante la próxima década a medida que la Generación Y siga ingresando al mundo laboral.
Los empleados, especialmente los jóvenes, están cada vez más abiertos a compartir información personal con sus empleadores. La clave para que las organizaciones puedan utilizarlos exitosamente será desarrollar beneficios para quienes los brinden y generar transparencia en la forma en la que los datos son adquiridos, utilizados y compartidos.
Los desafíos que vienen con la tecnología
Definitivamente, la tecnología seguirá transformando el modo de trabajar durante la próxima década pero la mayoría de los profesionales de RRHH aún no cree estar preparada para los desafíos que conlleva.
En cuanto a los empleados, si bien la mayoría (64%) cree que los avances tecnológicos mejorarán sus perspectivas, 12% está preocupado por el impacto que tendrá en sus puestos de trabajo.
Por su parte, el área de Recursos Humanos de las organizaciones deberá adaptarse a los cambios para tener éxito en el futuro.
En este sentido, 56% de los encuestados anticipa cambios pensando en el mediano plazo y ya se encuentra trabajando en escenarios posibles para la gestión de sus talentos en los próximos años. Del mismo modo, 31% reconoció estar focalizando su estrategia de talentos teniendo en cuenta el surgimiento de nuevas carreras, diversificándose a la hora de seleccionar al personal.
Tres escenarios futuros
El informe supone tres escenarios futuros del manejo de una organización en los que las áreas de RRHH deberán hacer foco y los denomina mundo azul, verde y naranja.
El azul es el de las corporaciones, donde el motor son las ganancias, el crecimiento y el liderazgo de mercado. Allí la organización pide al empleado compromiso, a cambio de una carrera de largo plazo y de una serie de beneficios y compensaciones. La compañía controla a sus empleados, incluso cruzando los límites de la vida personal.
Por su parte, en el mundo verde las empresas entienden que tienen un papel importante en el desarrollo de sus empleados y de la comunidad, por lo que buscan generar un impacto social y ecológico positivo. El empleado valora el equilibrio entre el trabajo y su vida privada, y las empresas optan por estructuras planas, que permiten que todos puedan participar en la toma de decisiones.
Finalmente, en el mundo naranja las organizaciones se fragmentan en redes de operaciones autónomas y especializadas, con una fuerte presencia de la tecnología. Allí la clave del éxito de la empresa reside en la flexibilidad operativa, en el mínimo personal, en colaboradores asociados y en costos fijos muy bajos.