lunes 23, diciembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Una amenaza carente de luces

Por Adolfo Ruiz - Jefe de Redacción de Comercio y Justicia
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Prepotente y brutal pero también bastante ingenua. Así fue la actuación del jefe de la Policía de Córdoba, Julio César Suárez, en su burdo intento de acallar las críticas de un periodista de los SRT, a quien trató de mentiroso por las redes sociales y amenazó telefónicamente. Unánime rechazo de diversos sectores sociales, políticos y sindicales.

A esta altura resulta vergonzoso. Todo minuto adicional que logre sostenerse Julio César Suárez al frente de la fuerza policial podrá considerarse tiempo extra. O adicionado al reglamentario, tomando prestada una frase de la crónica deportiva.

Al frente de la Policía de la Provincia de Córdoba, que es el brazo armado del Poder Ejecutivo, se encuentra un hombre fuertemente resistido en buena parte de su tropa de más de 20 mil uniformados. Dirige los destinos del organismo encargado de llevarle seguridad a la población este hombre conocido por su afición a las estadísticas, a las detenciones arbitrarias, a la prepotencia y a la falta de diálogo.

Maneja el timón de una entidad clave un sujeto dedicado a cubrirles las espaldas a quienes lo antecedieron (y depositaron) en el cargo, más preocupado por “mostrar” que por hacer, desde el monopolio de la fuerza que le otorga el Estado de derecho.

En ese hombre ha depositado su confianza, una vez más, el gobernador. Sobre él prefiere no responder -o lo hace con evasivas-. Probablemente haya decidido esperar. Como hizo tantas otras veces en su afán por no “darle de comer a los lobos” cuando asolan las crisis. Una receta más nutrida de realpolitik que de sentido común.

Los hechos
Es tan burda la situación en la que se puso solo el jefe de policía que cuesta creer que revista ese cargo. Los hechos se desataron el viernes último cuando el máximo responsable de la fuerza no vaciló en recurrir a la cuenta oficial de Twitter de la Policía para tratar de mentiroso al periodista de los SRT Dante Leguizamón.

Con certeza, lo hizo desconociendo por completo la dinámica de las comunicaciones en las redes sociales, reprochando al periodista sus intervenciones en esa misma red social, en la que denunciaba detalles de una represión policial en barrio Los Cortaderos y responsabilizaba al propio Suárez.

Luego éste se dirigió a los estudios de Canal 10, exigiendo de modo prepotente dialogar con Leguizamón, quien ya no estaba en el lugar porque se había retirado, luego de grabar el programa “Justicia legítima” que conduce junto a Miguel Planells.

Por celular, el máximo jefe policial trató de mentiroso al periodista y en insistentes llamados posteriores le exigió reunirse inmediatamente con él. Hasta que llegó la concreta amenaza: “Vení a verme ya o yo mismo me voy a encargar de vos”. Límite superado.

Lo burdo, lo rústico, lo barbárico
Además de prepotente, violento e inconstitucional, el accionar del alto funcionario fue burdo, rústico, barbárico. En forma patética pretendió avanzar, dejándose en evidencia a cada paso. Arremetió contra un comunicador social desconociendo, olvidando o -lo que sería peor- desdeñando principios republicanos básicos.

Hizo mal todo lo que podía hacer mal. Se puso de manera bestial en el sitial del absurdo desde donde no hay retorno. Y lo hizo en un momento en que la institución que dirige y cree defender se encuentra ampliamente reprochada por los escandalosos casos de “gatillo fácil”. Fueron 12 durante 2013 y 7 en lo que va del año, el más reciente el de Alberto “Güere” Pellico, asesinado con un balazo policial en la nuca.

Fueron todos casos a los que el jefe no dudó en considerar “excesos”, reflotando una peligrosa palabra para justificar las acciones más oscuras desplegadas por el Estado argentino durante la dictadura.

Naturalmente, la situación derivó en el inmediato rechazo tanto del Círculo Sindical de la Prensa de Córdoba, que ayer solicitó formalmente la renuncia del polémico funcionario.

También hicieron saber su rechazo la Central de Trabajadores Argentinos, el Sindicato Argentino de Televisión, diversas fuerzas políticas, la propia Universidad Nacional de Córdoba y la Universidad de Río Cuarto, entre muchos otros organismos.

Ante el escándalo, Suárez sólo atinó a esbozar un tardío pedido de disculpas, durante el fin de semana largo, cuando se proclamó “defensor de la libertad de prensa”. No hizo falta agregar mucho más.

De no ser por el imperio de la realpolitik cordobesa, toda jornada que a partir de ahora complete Suárez al mando de la fuerza debería ser considerada por sí mismo como “tiempo adicionado al reglamentario”…

* Jefe de redacción  de Comercio y Justicia

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