La primera, y hasta ahora única, egresada de la novel carrera de Ingeniería Biomédica que dicta la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) dedicó su tesis a un aporte innovador y de útil aplicación en el campo de la salud. Con sólo 23 años, Paula Sanz León, diseñó un paquete de software de reconocimiento de voz que permitirá que un robot responda a las instrucciones de un cirujano en operaciones laparoscópicas. Tanto el robot como el programa informático en cuestión están siendo desarrollados por especialistas de la Universidad.
La iniciativa de la joven profesional, que recibió su título hace dos meses, nació al conocer el trabajo de los ingenieros que buscaban darle una solución al problema planteado por un médico del Hospital de Niños: la necesidad de mayor precisión en cirugías infantiles.
Mientras el Grupo de Robótica de la Facultad de Ciencias Exactas (FCE) diseñaba el prototipo de un brazo mecánico destinado a reemplazar la mano del médico que sostiene la videocámara durante la operación, Sanz León se dedicó a desarrollar un procesador de voz que recepta las instrucciones orales del galeno, superando así la anterior intención de utilizar un “joystick” (palanca de mando) para transmitir las instrucciones.
“El reconocimiento de voz nace como una vía de comunicación alternativa entre el hombre y la máquina que se estaba probando. Hasta ahora, se utilizaba un joystic operado por un asistente para manejar el robot. Con el reconocimiento de voz, el mismo cirujano puede ir ordenando a la máquina qué hacer”, aclaró.
La única egresada de la primera carrera que dictan de manera conjunta dos facultades, la de Ciencias Exactas y la de Ciencias Médicas, llegó a la etapa de simulación con una tasa de reconocimiento de 80 por ciento. “Los comandos por voz a un sistema, en este caso un equipo médico que va a estar en un quirófano, previene que se toque el equipo y ofrece menor menor peligro de contaminación, por ende los equipos no necesitan la esterilización”.
Al servicio de la salud
La ingeniería biomédica, este nuevo campo específico para la Casa de Trejo, implementa los principios de las tecnologías al campo de la medicina y es la encargada de diseñar y construir equipos médicos, prótesis, dispositivos de diagnóstico y de terapia. “En Argentina, en lo que es el campo de la robótica, no está desarrollado el reconocimiento de voz aplicado a cirugía, aunque en el mundo ya hay desarrollos. Acá nos estamos basando en España, donde hace diez años presentaron un robot que también admitía reconocimiento de voz y fue un prototipo salido de un laboratorio universitario”, indicó la jóven.
“En otras partes del mundo -contrastó-, un brazo robot industrial puede fácilmente ser adaptado para ser usado en un quirófano y allí no es tan costoso pagar 30.000 dólares; para nosotros, sí”, dijo Sanz León al explicar el interés para que prospere el desarrollo local y así obtener apoyo financiero que permita avanzar hacia la etapa de experimentación clínica.
“Nosotros tenemos los recursos humanos; con los recursos económicos hay que pelear, falta inversión, pero se puede hacer”, concluyó la graduada, que hoy se desempeña en el Laboratorio de Investigación Aplicada y Desarrollo (Liade) de la FCE.
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