La caída en las importaciones, que apuntaló el superávit comercial de abril, es un “mal síntoma” para la economía argentina porque significa que el país redujo drásticamente su poder de compra, según consideró Ecolatina, que también aseguró que el excedente que oficializó el Gobierno “esconde una profunda caída de la actividad económica del país”.
El superávit comercial de los primeros cuatro meses registró un crecimiento del 43%, alcanzando US$5.855 millones. A diferencia de los últimos años, cuando las ventas y las compras externas crecían a tasas elevadas, el saldo comercial de abril se debió al brusco retroceso en las importaciones que superó incluso a la baja de las exportaciones.
La contracción reflejó la merma de la actividad industrial, de la producción agropecuaria, de las inversiones y del consumo, entre otras.