Reconoció que la Nación condicionó su ingreso a la renegociación de pasivos a la desistencia de las demandas abiertas, entre ellas la vinculada con los fondos de la Caja. Ratificó que no resignará ese reclamo. Admitió falta de avances: “Es un diálogo de ida”, ironizó. Anticipó que reformularán el proyecto de los gasoductos troncales y que el crédito del BndEs está en stand by. Negó que vaya a desactivar la tasa vial.
Por Alfredo Flury – [email protected]
El gobernador José Manuel de la Sota admitió que el Gobierno nacional condicionó la refinanciación de deudas que la Provincia mantiene con esa administración a que Córdoba desista de los juicios entablados contra el Gobierno central, entre ellos la demanda por fondos previsionales.
En ese marco, descartó que analice resignar ese reclamo judicial al tiempo que admitió que, por la falta de acuerdo para la refinanciación del pasivo, Córdoba está pagando $60 millones por mes a la Nación.
De la Sota habló ayer con Comercio y Justicia tras participar de la inauguración de la obra de ampliación de la Planta Potabilizadora de La Calera, que permitirá duplicar el caudal destinado a localidades de Sierras Chicas.
“Es un diálogo de ida”, dijo el mandatario provincial respecto a los avances en las negociaciones con la Nación sobre una agenda que incluye reclamos por deudas y acreencias mutuas.
Más tarde -en una conversación informal- De la Sota fue más explícito.Admitió que hubo avances concretos en algunos temas pero que, en otros -de manera “inexplicable”- no se han registrado resultados. Aunque evitó precisarlo, deslizó que falta decisión política para destrabar la situación.
Con todo, fue contundente a la hora de aclarar por qué la Provincia quedó al margen de la refinanciación de deudas con la Nación, que el Gobierno central firmó el 27 de diciembre con 17 provincias aunque no con Córdoba pese a que figuraba en el listado previo.
Ese acuerdo permitió, por un lado, imputar Aportes del Tesoro Nacional (ATN) a una baja nominal en las deudas de los estados provinciales con la Nación y, paralelamente, prorrogar -en este caso, por tres meses- el período de gracia para el pago de servicios de deuda con la Nación, período que en rigor ya lleva tres años.
Al respecto, De la Sota indicó que la exclusión de Córdoba del programa obedeció a que la Provincia mantiene activos juicios contra la Nación, entre ellos el de la Caja de Jubilaciones y otras demandas por parte de la EPEC.
De resultar cierto, el argumento de la Nación no resulta ilógico. De hecho, ese condicionante se aplica en diferentes ámbitos públicos y privados; por ejemplo, a la hora de licitaciones públicas, en las que los contratistas no pueden mantener demandas abiertas si quieren participar de un concurso.
La postura de la Provincia también es atendible.
“Yo no voy a resignar un reclamo por $1.040 millones que involucra a todos los cordobeses”, señaló, con relación a la demanda que obra en la Corte Suprema por los fondos previsionales.
El gobernador aclaró de esta forma por qué, desde su punto de vista, Córdoba no firmó el acuerdo.
Los argumentos que se deslizaron entonces fueron poco claros, incluso los esbozados por la Jefatura de Gabinete.
Por entonces, en la Provincia se mencionó que Córdoba pretendía avanzar en una agenda más amplia y que el tema de la refinanciación no era el prioritario respecto a otros puntos.
Con todo, ayer De la Sota admitió que por esa falta de acuerdo, la Nación está debitando de la coparticipación $60 millones mensuales.
La consulta de este medio obedeció a que a fin de mes vencerá el breve período de gracia firmado con el resto de las provincias para el pago de deuda. La respuesta de De la Sota eximió de mayores comentarios: por ahora Córdoba seguirá marginada de ese beneficio.
La falta de acuerdo por esa vía, si bien ya presupuestada por la Provincia, es un goteo que las finanzas provinciales no están en condiciones de resignar en un contexto de estrechez fiscal. La falta de información respecto a la marcha de la recaudación en los primeros dos meses del año y por cierto de la ejecución del gasto, impide trazar un panorama más detallado sobre el verdadero impacto de la refinanciación del pasivo, por ahora esquivo.
De la Sota dijo días atrás a los empresarios del G-6 que la situación económico financiera de la Provincia tendía a estabilizarse y que estaban asegurados los fondos para atender requerimientos corrientes aunque podría haber ajustes en la obra pública.
Gasoductos, EPEC y tasa vial
Respecto al resto de los temas en discusión con la Nación no hay resultados concretos, salvo el aval para el endeudamiento con la Corporación Andina de Fomento (CAF) para la obra del Canal Los Molinos-Córdoba, contrato que se firmará en los próximos días. En el caso de los gasoductos troncales, De la Sota consideró “inexplicable” la demora en el visto bueno para la toma de un crédito del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (Bnds).
“Falta un aval. Es inexplicable”, señaló y ante una consulta de este medio sobre si el préstamo estaba “caído”, dijo: “Está en stand by. En Brasil no pueden entender cómo un crédito autorizado hace años no puede ejecutarse”.
De todas formas, anticipó que se está revisando el proyecto original. Según trascendió, la idea es acotar las obras ante un crédito que, si bien en dólares, ya no alcanza a cubrir el porcentaje de costos que debía afrontar, siempre a la expectativa de la autorización para el fondeo. Caso contrario, se buscaría vías alternativas de recursos.
En cuanto a EPEC y la central Pilar, las negociaciones continúan aunque por ahora sin definiciones.
Finalmente, respecto a la Tasa Vial, De la Sota dijo que no la desactivará, incluso si firma un acuerdo para destrabar fondos para obras por parte de la Nación. “Nada indica que luego ese acuerdo no vaya a cumplirse”, señaló.
Endeudamiento
Por lo demás, el gobernador admitió que mantiene activa la posibilidad de reestructurar la deuda en dólares emitida vía Boncor 2017 y “canjearla” por un pasivo a más largo plazo y a menor tasa aunque reconoció que tampoco esa gestión recibió el aval necesario de la Nación para salir al mercado de capitales, más allá de hoy no sea el mejor momento para salir a fondearse.