domingo 17, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Radiografía de los emprendedores de clase media de América Latina

La clase media. Es la responsable de la creación de empresas dinámicas en la región.
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Treinta años es el promedio de edad a que lanzan su emprendimiento; la mayoría son graduados universitarios; financian su proyecto con ahorros personales; las empresas se emplazan en las grandes ciudades; y la contratación de empleados cualificados es una de las principales problemáticas.

Al estudiar la relación entre el emprendimiento y la movilidad social, focalizándose en el rol de la clase media, algunos trabajos sugieren que el emprendimiento, especialmente la clase media emprendedora, puede ser uno de los vehículos para la movilidad económica.

En este contexto, Hugo Kantis, Juan Federico y Luis Trajtenberg, todos investigadores del Programa de Desarrollo Emprendedor (Prodem), realizaron un trabajo llamado “La clase media emprende: una visión regional y una comparación internacional”, que manifiesta los principales rasgos de esta clase emprendedora. Entre los principales hallazgos se encuentran los siguientes.

Edad y familia
En general, los empresarios latinoamericanos lanzaron sus primeras empresas alrededor de los 30 años (31,3 años de edad, en promedio), pero ellos comenzaron a explorar la idea de ser un empresario unos años antes (cuando tenían 27 años, en promedio).

Una tercera parte de los empresarios (32,8 %) tenía padres que eran empresarios o ejecutivos/gerentes. Sin embargo, esta proporción es significativamente mayor en la clase alta (63%) que en la clase media (32%). En otras palabras, en América Latina, las familias de empresarios de clase media están menos expuestas al mundo empresarial que los más ricos.

Educación y experiencia laboral
La mayoría de los empresarios de clase media está “bien educada”. Dos de cada tres (67%) son graduados universitarios o tienen posgrado o educación profesional. Pero esta proporción es menor que en la clase más acomodada, en la cual 78% tiene un título universitario o un nivel educativo mayor. Por el contrario, los empresarios de la clase social más baja tienen un menor nivel educativo (45%).

Antes de que ellos creen su actual empresa, los empresarios de clase media trabajaban como empleados (57%), sobre todo en las pequeñas y medianas empresas (31%). Tener experiencia previa como empresario es menos común entre aquellos pertenecientes a la clase media que entre quienes pertenecen a una clase social elevada (44% y 34%, respectivamente).

Vocación y motivación
En los países de América Latina, el contexto principal en el cual los emprendedores han adquirido el deseo de convertirse en empresarios (motivación empresarial) está en el trabajo (50%), seguido por el entorno familiar (38%). El papel de la universidad en la formación de vocación empresarial es también mucho menos significativo en la clase media que en los empresarios de la clase alta (14% y 19%, respectivamente). En resumen, el papel de la familia y de la universidad es más importante en la clase alta que en la clase media.

De la idea a la startup
Los empresarios pertenecientes a la clase media tienden a desarrollar sus ideas de negocio mediante el uso de la información que han adquirido en trabajos anteriores (75%) y/o mediante la creación de redes (76%). Aunque la red es una importante fuente de información para identificar y validar ideas de negocio en todas las clases sociales, los empresarios de la clase alta tienden a tener más contactos con otros propietarios y profesionales de pymes que los empresarios de clase media (49% y 42% en el primer caso, y 44% y 39% en el último caso).

Fuentes de financiamiento
La mayoría de los empresarios (en torno a 80%), independientemente de su origen social, financió su puesta en marcha principalmente con ahorros personales. Esta característica implica diferencias entre quienes pertenecen a los segmentos sociales distintos, ya que su capacidad de generación de ahorro es también diferente. Por otra parte, las diferencias en la disponibilidad de financiación observada entre los empresarios de los distintos segmentos sociales tienden a acentuarse por sus diferentes grados de acceso a fuentes externas de fondos.

Cómo son las firmas
La mayoría de las empresas pertenecientes a la clase media se encuentra ubicada en las grandes ciudades (66%). Sin embargo, el número de empresas pertenecientes a la clase media que se encuentran en las áreas locales dominadas por pymes es mayor que las nuevas empresas fundadas por emprendedores de la clase alta (34% vs. 22%). La existencia de redes empresariales y las “relaciones de proximidad” en estas áreas locales tiende a reducir los costos de transacción y otras barreras a la entrada de nuevas empresas. Esta característica introduce una dimensión regional en la consideración de las políticas empresariales para emprendedores de clase media.

Dos terceras partes de las empresas creadas por los empresarios de la clase media en América Latina tienden a operar en las industrias de fabricación convencionales, tales como metalurgia, muebles, alimentos y textiles (66%).

Inversión inicial y tamaño
Las empresas de la clase media en América Latina tienden a comenzar con inversiones iniciales menores que sus pares de las clases más acomodadas. Casi 85% de ellos comenzó con menos de US$100.000 frente a 75,7% en el caso de los empresarios de la clase alta.

Como era de esperar, este porcentaje es aún mayor (92,9%) entre las empresas de los empresarios de la clase baja, dado que tienen más probabilidades de enfrentarse a las limitaciones financieras y reducir el tamaño de sus proyectos antes del lanzamiento.

Obstáculos a la supervivencia
Una vez creada la firma, los tres principales problemas que enfrentan los empresarios de clase media son: la contratación de empleados cualificados (62%), hacerse de los clientes (61%), y la gestión de flujo de caja (60%). Estos problemas están en la parte superior de la lista de todas las clases sociales. Sin embargo, el número medio de problemas identificados es significativamente menor para las clases más pudientes. De hecho, los empresarios de la clase alta identifican 4,7 problemas iniciales, en promedio, mientras que los empresarios de clase media identifican 5,3 problemas, y los empresarios de la clase baja, 5,9 problemas.

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