ESCUCHARLos grupos integrantes del consorcio Veloxia, adjudicatario del proyecto de Tren de Alta Velocidad (TAVE) entre Córdoba, Rosario y Buenos Aires quedarían liberados desde mañana para exigir la restitución al Gobierno nacional de los gastos por presentación de oferta, al caducar hoy el plazo para que la Nación confirme el financiamiento y habilite el inicio de las obras del megaproyecto.
Así lo admitió a Comercio y Justicia una fuente próxima a Alstom, cabeza del consorcio ganador y responsable de la provisión del material rodante entre otra infraestructura.
En tanto, fuentes del Ejecutivo nacional consultadas por este medio, relativizaron el dato y aseguraron que mantienen “conversaciones períodicas” con el grupo adjudicatario para “una vez superada la crisis, avanzar con el proyecto”.
“Hoy es imposible pensar en concretar el financiamiento pero el proyecto sigue vigente y vamos a tomar las medidas necesarias para mantenerlo activo”, señalaron las fuentes y aseguraron que existe predisposición de Alstom para sostener el objetivo.
“El contrato habla de días sin especificar si son corridos o hábiles. De ser corridos, el vencimiento es mañana (por hoy)”, indicó, con todo, el informante empresario.
En rigor, el vínculo contractual suscripto con Veloxia habla de plazos y de la posibilidad de una prórroga por un período similar.
El primer plazo venció y en esa ocasión, aduciendo la situación de inestabilidad financiera global y la imposibilidad de obtener fondeo a una tasa razonable (a través del banco Natixis y previa emisión de un bono a plazo), la Nación había hecho uso de la prórroga.
Pero el segundo período no hace referencia a una fecha concreta por lo que entran a tallar las interpretaciones sobre si se trata de días hábiles o corridos. El proyecto del TAVE fue adjudicado al consorcio conformado por la francesa Alstom, la española Isolux y las locales Iecsa y Emepa.
La iniciativa iba a financiarse a través del banco Natixis con un costo estimado en casi 4 mil millones de dólares. El repago se iba a concretar mediante la emisión de un título a treinta años de plazo y con siete años de gracia.
La formación que alcanzaría los 320 kilómetros por hora, iba a formar parte de un megaproyecto a concretarse en un plazo de 48 meses.
